Michael Schumacher es todavía el más ganador de la historia de la Fórmula 1 con siete títulos, uno más que Lewis Hamilton. El británico, que este domingo partirá desde el segundo lugar de la grilla en el GP de Austria, la primera prueba de una temporada recortada por el coronavirus, buscará igualar la marca del alemán, cuyo estado de salud es un misterio luego del brutal accidente de esquí sufrido en los Alpes franceses en los últimos días de 2013.
Nadie sabe con certeza cómo está Schumacher, cuya familia guarda bajo siete llaves su intimidad. El año pasado había sido trasladado a un hospital de París para someterse a un tratamiento de células madre. Un empleado infidente dio a conocer la noticia de una internación de la que no se supo mucho más. Al menos hasta este sábado.
Es que un artículo publicado este sábado en el diario británico Daily Mirror brinda unos cuantos detalles "secretos" sobre el delicado estado de salud del alemán, quien quedó con graves secuelas tras el accidente en el que golpeó su cabeza contra una roca tras una rodada en la nieve.
Bajo el título "Los devastadores problemas de salud secretos de Michael Schumacher después de un horrible accidente de esquí", el artículo asegura que el alemán sufre de un notorio deterioro físico. Y advierte que está irreconocible en comparación con las épocas en las que brillaba en la Fórmula 1 y era una de las estrellas del jet set del deporte mundial.
Como consecuencia de la imposibilidad de mover su cuerpo, la nota que fue firmada por la periodista Jane Lavender detalla que Schumi sufre una atrofia muscular avanzada y una osteoporosis que ha hecho que sus huesos se debiliten.
"Debemos imaginar a una persona muy diferente de la que recordamos en la pista, con una estructura orgánica, muscular y esquelética muy alterada y deteriorada. Ese es el resultado del trauma cerebral que sufrió", dijo el neurocirujano italiano Nicola Acciari.
Schumacher estuvo en coma inducido durante varios meses y desde mediados de 2014 está bajo los cuidados intensivos de su familia en su casa. Su esposa, Corinna Betsch, y sus hijos Mick y Gina-María son los únicos que tienen acceso al expiloto. También se ha mantenido muy cerca Sabine Kehm, su agente de prensa, y Jean Todt, su exjefe en Ferrari y actual titular de la Federación Internacional de Automovilismo.
"Pueden estar seguros de que él está en las mejores manos y que estamos haciendo todo lo humanamente posible para ayudarlo. Comprendan si seguimos los deseos de Michael y mantenemos un tema tan delicado como la salud, como siempre lo ha sido, en privado. Al mismo tiempo, les damos las gracias por su amistad y les deseamos un feliz y saludable año 2019?, escribió la familia en un comunicado publicado el 2 de enero del año pasado, un día antes del cumpleaños número 50 del hombre que hizo añicos el récord de Juan Manuel Fangio.