Cada vez más apasionante es la final de la Champions League. Si no, hay que volver a ver la de este sábado, en la que el Real Madrid ratificó su hegemonía en Europa al ganarle 3-1 al Liverpool y levantar la tercera Orejona consecutiva.
Los Reds entraron a la cancha en Kiev y se llevaron puesto al Merengue. No lo dejaban pensar y se adueñaron de la pelota, con Mohamed Salah como bandera. Pero todo se terminó a la media hora, cuando Sergio Ramos lo sacó al egipcio del partido luego de un golpe en el hombro, que además lo deja entre algodones para jugar el Mundial.
Y en el complemento llegarían las emociones. A los cinco minutos, el arquero Loris Karius cometió un error infantil que abrió el marcador: no vio que tenía cerca a Karim Benzema y quiso salir jugando con un compañero, pero el francés la desvió y puso el 1-0.
Pero todo terminó cuando a los 18, Gareth Bale sacó una espectacular chilena para volver a poner al frente al Merengue. Que cerró el resultado gracias a otro error de Karius a los 37, cuando Bale le pateó desde la casa y el uno puso una flojísima resistencia, metiéndosele la pelota al arco.
Así, el Real Madrid logra su Champions número trece y la tercera consecutiva (todas con Zinedine Zidane como DT), demostrando una vez más que es el rey absoluto de Europa.