El español Rafael Nadal venció por un inapelable 6-2 y 6-1 al australiano Nick Kyrgios, octavo cabeza de serie, para hacerse con el Abierto de China, 12 años después de lograrlo por primera vez y en las mismas instalaciones en las que ganó el oro olímpico en 2008.
Ante un Kyrgios que protagonizó varios desplantes durante todo el partido y que fue penalizado por sus continuas protestas, Nadal sólo tuvo que mantener la cabeza fría, jugar el gran tenis que ha desplegado casi toda la temporada y esperar que el australiano se desquiciara para hacerse con su victoria 61 este año.
Kyrgios, de 22 años, golpeó vallas, lanzó raquetas, se lanzó hacia la red durante uno de los servicios de Nadal y aumentó su fama de "enfant terrible" del tenis actual.
El español, mientras tanto, cedió el protagonismo al lamentable espectáculo del australiano y se dedicó a ser infalible en el saque -no perdió ni un solo servicio y sólo tuvo cuatro bolas de rotura en contra-, a estar muy sólido desde el fondo de la red y a resistir cuando hizo falta los potentes cambios de ritmo de Kyrgios.
El australiano intentó a la desesperada lograr puntos de saque directo, después de haber sido en el actual torneo el que más aces ha conseguido (54), pero eso derivó en muchos puntos perdidos por doble falta (hasta tres consecutivos, entre el final del primer set y el principio del segundo).
El Abierto de China es el sexto título que el tenista balear logra este año (tras Roland Garros, el Abierto de EEUU, Montecarlo, Barcelona y Madrid) y el número 75 de su carrera, lo que le deja a dos de superar a la retirada estrella estadounidense John McEnroe (con 77 títulos), cuarto jugador de la historia con más triunfos.
Para Nadal, que en Pekín ganó el Abierto de China en 2005 ante el argentino Guillermo Coria, el Centro Nacional de Tenis de la capital china es un lugar de grandes recuerdos, puesto que fue aquí (aunque no en la pista central donde jugó hoy, que aún no existía entonces) donde ganó el oro olímpico ante el chileno Fernando González.