Remeros del Paraná Rowing Club y del Club Náutico Paraná desanduvieron el trayecto que une los puntos costeros de ambas instituciones y avanzaron por el Pariente del Mar en botes de paseo especialmente ornamentados para la ocasión.
Lamentablemente, el cielo cubierto impidió contar con el reflejo del cuerpo celeste, pero no que la iniciativa se lleve adelante, en el marco del Mes del Remo y en preparación para la regata de Travesía Doble Vuelta del Ocho.
Minutos antes de las 21, las tripulaciones (de a tres integrantes) se dispusieron y enfilaron río abajo, iluminadas con luces y acompañadas por embarcaciones a motor de la subcomisión de Remo del Paraná Rowing y de la delegación local de Prefectura Naval Argentina (PNA).
Si bien el entorno estaba oscuro, las buenas condiciones de navegación permitieron llegar en pocos minutos a puerto, después de pasar frente a distintos puntos de referencia de la ribera paranaense. Así, las vistas del complejo Playas del Thompson, el Puerto Nuevo y la Costanera fueron componiendo el marco, hasta que la playa del club Albiceleste indicó que era momento de llegar a tierra firme.
Aunque efímera, la experiencia fue grata de principio a fin. Incluso desde antes, cuando los tríos remontaron las aguas hasta el punto de zarpada o cuando se encontraron con sus pares que los esperaban para darles la bienvenida.
Luego, ya en curso, las remadas fueron relajadas y el diálogo entre los participantes abonó para que el disfrute sea total. Los elementos de cotillón le otorgaron color a una noche oscura y provocaron el efecto deseado para quienes los observaban desde la costa.
Al final, tanta insistencia de los remeros tuvo su recompensa: las nubes se abrieron fugazmente y permitieron un guiño del satélite. La señal fue inequívoca: habrá más remadas bajo la Luna