Ganar era una imposición para Ford, que no festejaba desde el 24 de septiembre del año pasado, cuando Emanuel Moriatis lo hizo en La Pedrera. Y así se lo hizo sentir Marianito Werner a Juan Bautista De Benedictis, que largó desde la pole la final y debió contentarse con el segundo puesto, el mejor resultado de los últimos cinco años para el necochense que compite con el auto de su amigo Mauro Giallombardo, que se recupera de un accidente, desde hace más de nueve meses.
Tras la carrera, Werner habló con la prensa y habló de todo, no solamente de su retorno al triunfo: "Arriesgamos en todo momento, no se puede desperdiciar puestos ni oportunidades. Nunca especulamos, más allá de lo que se dice del reglamento, y eso es bueno para el automovilismo".
Y añadió: "Personalmente, nunca toqué timbre para que le dieran más al Ford. Pero a comienzo de año estábamos en desventaja y ahora, no hay que ser ciego, estamos un poco pasados. No sé si tanto en el ritmo de carrera, porque en la serie los últimos giros de Agustín Canapino fueron mejores que los míos y en la final tenía un auto muy competitivo".
En referencia a la misma cuestión añadió que "es diferencia se refleja más en la clasificación, por eso hubo varios autos de la marca en los primeros puestos en las últimas clasificaciones", reproduce Análisis Digital.
Sobre la prueba en la Capital del Citrus dijo: "La largada y el relanzamiento, después del ingreso del auto de seguridad, fueron apretadas con De Benedictis. En la primera él me dejó entrar y en la otra quedamos en un lugar ciego de la pista y nos rozamos. Volvimos a encontrar el ritmo del auto, aunque Matías Rossi es el candidato de la marca".
Y cerró a modo de análisis: "No sé con qué cartas jugaba este domingo, pero en las dos pruebas de clasificación nos sacó medio segundo. Si la marca está un paso arriba, Rossi en este circuito hace una diferencia enorme: no nos olvidemos que con Chevrolet nos sacaba cuatro décimas. Sin Matías, el resto no está tan desparejo".