El arquero Sergio "Chiquito" Romero afirmó anoche que si "antes de venir a Boca" el club en el que inició su carrera, Racing, le hacía "una oferta para jugar allí, la hubiese aceptado".
Romero, de 36 años, en diálogo con ESPN también advirtió que los que más lo "preocupa de estas semifinales de Copa Libertadores es ir a jugar a la cancha de Palmeiras con el césped sintético. Si está buena no hay problema, pero hay algunas muy duras en las que cada vez que te tirás, te duele todo, cadera, rodillas".
Y en cuanto a su controvertida llegada a Boca, porque sembró resquemores en los hinchas racinguistas, sostuvo que es "un agradecido a Racing. Es que salí de ahí y fue el que me abrió las puertas del predio Tita Mattiussi para entrenar cuando volví lesionado de Europa, pero los dirigentes no se acercaron nunca ni para decirme hola. Porque si me hubiesen hecho una oferta, seguramente la hubiera aceptado".
"Pero nunca me llamaron y Juan Román Riquelme sí lo hizo. Y no quería seguir esperando para después ver que pasaba, como me ocurrió en la temporada anterior, cuando lo hice y resulta que cerró el libro de pases y tuve que arreglar con Venezia, en Italia, como libre", recordó.
"Pero a pesar de eso nunca le voy a cerrar las puertas a Racing, porque mi contrato con Boca termina en diciembre de 2024 y uno nunca sabe que le depararán las vueltas de la vida", apreció.
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"Aunque ahora estoy en Boca, muy feliz porque creo que en este club voy a relanzar mi carrera", destacó tras escuchar hoy que el técnico de la selección, Lionel Scaloni, avisó que lo tiene "en cuenta".
Y justamente sobre su última vez en la selección, dijo que cuando el entonces técnico Jorge Sampaoli le dijo que no lo iba a llevar al Mundial de Rusia 2018 por su lesión de rodilla, le extendió la mano y aceptó su decisión. "Le di las gracias y me fui a casa", expresó.