Un día después de haber sido hospitalizado tras recibir un balazo de goma en la cabeza en el marco de los incidentes que se produjeron en el partido entre Almagro y Atlético Paraná, Franco Quiroz se autoincriminó como parte del problema de la violencia en el fútbol.
El futbolista de Almagro se adjudicó parte de la responsabilidad: "Le doy plata a la barra brava. Somos cómplices de esta situación. Ahora estoy bien, con mi familia. No fue nada de riesgo. Estoy conmocionado por lo que se vivió en la cancha de Almagro. Le doy una colaboración a la barra brava por mes. No te aprietan pero tenés que darle. Somos cómplices en esta situación. Es como darle plata a un trapito".
Además, contó lo que vivió en primera persona: "Faltando minutos para que termine el partido, comenzaron las corridas de un lado para otro y no se entendía mucho hasta que comenzaron las balas de goma. Había familias junto a la barra. La policía tiraba de cerca y sentí necesario acercarme rápido para calmar las aguas. No era necesario que disparen a la gente. Se calmó y cuando me retiro del alambrado sentí como si me cayera una botella de gaseosa en la cabeza pero no me di cuenta de que tenía un perdigón. Ahí los médicos intervinieron".
Quiroz aseguró que "fue una desgracia con suerte. Estuve a 10 centímetros de perder mi carrera. Si me impactaba en el ojo, perdía mi carrera. No sé si fue culpa mía de acercarme o de terceros".
"Estoy conmocionado. Pasó todo muy rápido, de un momento a otro. Tengo el ardor. Me entró un perdigón en el parietal derecho. Estoy fuera de peligro, pero no tomo la dimensión de lo que pasó".