Dicen que la pubalgia es una de las lesiones más traicioneras que puede tener un futbolista. Que un día se levanta sin dolores y se entrena perfecto, y al siguiente amanece con dolores y tiene que ir directo a kinesiología. Este calvario está viviendo el entrerriano Nicolás Reniero desde los últimos meses del año pasado. El ex delantero de San Lorenzo convive con molestias que no lo dejan estar al ciento y ciento y que ya repercutieron en su nivel. De hecho, lo poco que pudo jugar en las fases decisivas de la Copa Libertadores lo hizo tocado. Por caso, debió salir en el Maracaná antes de finalizar el primer tiempo.
En la semana más fuerte de la pretemporada de Racing, y mientras sus compañeros se ponen a punto luego de un año complicado por la pandemia de coronavirus, el Príncipe se entrena de manera diferenciada. Durante la semana, el atacante nacido en Villa del Rosario hizo trabajos de campo en el predio que la Academia tiene en Ezeiza la AFA. Anteriormente, en jornada de doble turno, había compartido el gimnasio con Marcelo Díaz. El chileno se recupera de una operación de meniscos y todavía tendría para un mes y medio para volver a jugar.
En este contexto, y mientras siguen las negociaciones para traer a préstamo a Maxi Lovera, Juan Antonio Pizzi ya tiene en mente ir en busca de otro delantero. Sucede que la salida de Lisandro López al Atlanta United del crespense Gabriel Heinze dejó al club de Avellaneda sin los delanteros que más minutos tuvieron con Sebastián Beccacece. Cvitanich y Cristaldo no eran tenidos en cuenta por el ex conductor, que solo utilizó a Darío en momentos muy puntuales y en medio de la competencia tuvo una lesión muscular en la Copa Diego Maradona.
Por su parte, el oriundo del departamento Federación, es uno de los preferidos por Juan Antonio Pizzi, quien lo dirigió en el Ciclón en 2019 y siempre se opuso a que fuera vendido a la Academia, algo que no consiguió, y hoy, lamentablemente, no puede aprovecharlo al cien por cien.