El lunes, la Confederación Sudamericana de Fútbol hará oficial el inicio de dos expedientes disciplinarios derivados de la final de la Copa Sudamericana. El primero será contra Flamengo, y tendrá en cuenta imágenes, denuncias e informes de funcionarios y veedores sobre las peleas en las calles de Copacabana, la invasión de hinchas brasileños al hotel de concentración de Independiente y los incidentes en las horas previas al partido disputado en el Maracaná, que incluyeron el lanzamiento de gas lacrimógeno justo cuando el plantel del equipo argentino llegaba al estadio.
Pero también habrá un expediente contra Independiente, que se basará en los cánticos racistas y las burlas de algunos de sus hinchas hacia los del Flamengo en el Libertadores de América. Además, la Unidad Disciplinaria estudiará testimonios de futbolistas y allegados al club brasileño en el que denuncian "supuestos incidentes" en la antesala del partido de ida. Según pudo averiguar La Nacion, el castigo para el equipo argentino no pasará de una multa económica.
"En los casos de racismo, las multas suelen ser fuertes", contó un abogado experto en derecho deportivo. Hasta hoy a la tarde, el club de Avellaneda no había sido notificado del inicio del expediente, cuestión que pudo ser corroborada a través de dos fuentes de Conmebol."Contestaremos", dijeron desde Avellaneda, todavía eufóricos por la conquista de la Copa Sudamericana. El lunes, el club tiene previsto enviar una nota a la Conmebol con más evidencias relacionadas con el mal momento vivido en Río de Janeiro, que incluyó empujones con la policía brasileña.
Una vez notificados, los clubes tendrán 10 días para presentar su descargo. Habrá un tribunal integrado por tres miembros (sin argentinos ni brasileños, para evitar conflictos de interés) que juzgará el caso. Ante la consulta de La Nacion, en la Conmebol nadie descartó eventuales sanciones deportivas para Flamengo, como obligarlo a jugar a puertas cerradas o mudarlo de estadio en futuros partidos internacionales.