Uno de los clásicos más picantes a nivel mundial es sin dudas el de Uruguay. Más allá del buen espectáculo que Nacional y Peñarol sepan brindar, últimamente se han tornado por demás escandalosos. Y esta no fue la excepción, claro, ya que estaba en disputa el título de campeón de la temporada uruguaya.
El partido en el Centenario comenzó de manera vibrante, ya que el Bolso impuso una superioridad pocas veces vista en un derby. A tal punto que la ventaja de dos tantos en apenas media hora (abrió el juego Sebastián Papelito Fernández y estiró Iván Alonso, de penal) parecía quedarle chica ante tanta diferencia futbolística.
Sin embargo, el Manya reaccionó en el complemento a base de cambios y, aunque se quedó con un hombre menos por la roja Jorge Rodríguez (Juan Olivera vio la roja en el banco), apareció Luis Aguiar para despacharse con un doblete (el último en tiempo de descuento) y estirar la definición a la prórroga. Allí, el local volvió a tomar las riendas del partido y recuperó la ventaja gracias al gol de de cabeza que anotó Santiago Romero.
Y el papelón comenzó a poco del final, cuando Pablo Migliore cometió penal a derribar a Tabó. Allí, los fanáticos aurinegros no pudieron contener su ira y comenzaron a arrojar cuantas butacas y proyectiles encontraban a mano, ocasionando así un bochornoso enfrentamiento con la Policía. Pese a este lamentable panorama, y luego de unos minutos de interrupción, el juez reanudó el juego. ¿Qué sucedió? El Loco le atajó el disparo a Recoba.
Lejos de que esto sirviera para calmar los ánimos manyas, las piedras y butacas continuaron volando por doquier. Tales eran los desmanes, que la ambulancia debió ingresar al campo de juego por haber quedado en el centro de los ataques. Fue entonces que el árbitro decidió suspender el encuentro.
Automáticamente todo Nacional comenzó a festejar su título número 45 y hasta recibieron fueron condecorados con una Copa y medallas. Sin embargo, éstas no eran oficiales (las otorgaba el sponsor del campeonato) y la Asociación Uruguaya de Fútbol informó que el juego se había suspendido restando siete minutos por jugarse. Ante esto, todo Peñarol fue a reclamar para que se dispute el tiempo restante y ahora se espera la determinación oficial que deberá tomar el Tribunal de Disciplina.