Una llave de 16avos de Europa League por demás conflictiva fue la que tuvo como protagonistas al Feyenoord y la Roma (aunque estos últimos no fueron protagonistas directos). Es que los fanáticos del elenco holandés no hicieron más que opacar la serie con sus repudiables acciones. En la Ida habían desatado una lamentable batalla campal que acabó con 33 detenidos y varios policías heridos, producto de enfrentamientos que se dieron en las inmediaciones del estadio Olímpico (provocando también enormes destrozos).
Ahora, en la revancha disputada en su casa, los hinchas volvieron a posarse en el centro de la escena por tristes acciones. Fue a los 38 minutos cuando el árbitro se vio obligado a detener el juego por un repudiable acto de racismo: le arrojaron una banana inflable gigante al marfileño Gervinho cuando este se disponía a realizar un lateral.
Como si no fuera suficiente, ya en el complemento volvieron a ocasionar desmanes lanzando bengalas y otros objetos al campo de juego, ocasionando que el duelo fuera interrumpido por casi 25 minutos (marchándose incluso los jugadores a los vestuarios). Finalmente, luego de los inconvenientes, el partido finalizó con triunfo por 2 a 1 de la Roma, que se metió en Octavos (el hostigado Gervinho se desquitó y anotó el gol del triunfo).