De alguna u otra manera, la suspensión de la Liga Argentina de básquet por el decreto del aislamiento social obligatorio en consideración del COVID-19, afecta a todos. La medida, que tiene como fin resguardar la integridad y la salud de los ciudadanos modificó las estructuras en todos los ámbitos.
El deporte no fue la excepción y antes de pensar en las consecuencias, distintos equipos se encuentran con manos a la obra. Uno de ellos, es el Atlético Echagüe Club.
El representante paranaense en la segunda categoría del básquet nacional debió postergar, al menos hasta la continuidad de la competencia, su anhelo de continuar levantando cabeza.
El DT del equipo, Oscar Bonell, expresó sus sensaciones respecto al certamen que tenía al elenco que dirige, en la quinta posición de la Conferencia Norte, con un registro de 11 partidos ganados y nueve perdidos durante la segunda fase.
-¿Cuál es el plan para atravesar este período de inactividad?
-Dentro de toda esta incertidumbre que la situación provoca, planificamos una mini-pretemporada de 30 días que será a partir del 1° de abril. Sabemos que hasta fines del mes que viene al menos la competencia oficialmente no va a empezar y seguramente si lo hace, será mucho más adelante. Apuntamos a tres aspectos: uno, es mantener el estado físico de los jugadores. De eso se encargarán de manera online los profesores que están trabajando en el club, Casis y Moreno. Y después, el resto de cuerpo técnico abordaremos el asunto de mantener enfocado al jugador en la competencia. Consideramos vital también ese punto ya que van a haber pasado más de 40 días sin acción. Así que ahí trabajaremos la parte táctica, con videos, análisis y demás. Haremos hincapié en nuestro juego pero por sobre todas las cosas, observaremos a los rivales de los partidos que nos quedan.
Además, trabajaremos en la dinámica del grupo. Más que nada, apuntalando a la pertenencia del jugador a lo que significa el equipo de Echagüe.
-¿Qué balance hacés de lo sucedido hasta el momento en la Liga Argentina?
-Habíamos conseguido una estabilidad en cuanto a los resultados, con una localía muy fuerte y aunque teníamos la deuda pendiente de encontrar un equilibrio como visitantes, supimos mejorar el nivel y cerrar mucho más los partidos, algo que a la larga nos iba a dar la posibilidad de sacar más encuentros afuera.
El plantel conjuga experiencia en jugadores como Zilli, Oprandi y Carnovale y tiene un grupo de jóvenes con muchas ansias de marcar un camino en la Liga Argentina, incluso siendo U19 como Rosso o Pividori.
-¿A qué le atribuís las diferencias que presentaba Echagüe cuando jugaba en Paraná y cuando afrontaba sus encuentros como visitante?
-Nosotros tenemos un promedio de gol alto, oscilando los 73 y 75 puntos. Todos los equipos cuando van a jugar de visitante, merman en ese porcentaje. Entonces, creo que uno de los factores es que al no tener tanto poder de goleo y considerando la baja en ese porcentaje, es que se nos hace más difícil ganar afuera. Lo mismo le pasa incluso a los equipos que juegan frente a nosotros en Paraná. En síntesis, no nos sobra nada como para ganar holgadamente de local o cerrar tranquilos a nuestro favor un partido afuera.
Hasta el momento por suerte se nos viene dando una regularidad favorable en condición de local, a excepción del partido frente a San Isidro en la segunda fase. Y de visitante nos cuesta, pese a que no estamos lejos de los demás equipos y sabemos que en una instancia decisiva lo podemos llegar a quebrar.
-En líneas generales, ¿con qué nivel te encontraste en tu primera experiencia en la segunda categoría del básquet argentino?
-En esta primera experiencia como entrenador principal, noto un surgimiento de jugadores nuevos que están haciendo sus primeras armas en el torneo y después, termina habiendo un éxodo notable que se va dando escalonadamente, desde la Liga Argentina a la Liga Nacional. Por ejemplo, Rodrigo Gallegos, el base de Deportivo Norte, uno de los mejores de la competencia, se fue a jugar Liga Nacional. Federico Mariani, de Salta Basket, quizás el mejor 2 que tenía el torneo pasó a jugar a Argentino de Junín y a su vez, muchos de la Liga Nacional migraron a Chile y Brasil por la situación económica conveniente. Entonces nos encontramos con una liga talvez chata en cuanto a su nivel pero muy pareja y atractiva, sobre todo en la Conferencia Norte, donde cada club apostó a tener dos o tres figuras preponderantes y los que tienen más, son los que están en el tope de la tabla, que lograron formar un plantel más que importante, tal es el caso de Oberá TC y Villa San Martín.
Fuente: <i>El Diario.</i>