Nicolás Domingo se mantuvo en silencio tras ser marginado del equipo por Sebastián Beccacece y, pasado el tiempo, decidió hablar para contar sus sensaciones.
"Desde que estoy en Independiente no me había tocado estar afuera de la lista de concentrados. Lo manejé con tranquilidad, pero obviamente quería estar. Siempre me entrené y si no me tocaba, la idea era apoyar como siempre", dijo el mediocampista.
Y enseguida agregó: "Trato de quedarme con lo de dijo Sebastián de que fue algo futbolístico, no me voy a enroscar ni entrar en polémicas, si fue justo o no. Nunca le pregunté por qué me sacó. Quiero que a Independiente le vaya bien. La experiencia hace que uno lo tome de otra manera. Si dejaba de entrenar me iba a perjudicar. El fútbol da revancha y hay que estar preparado".
Un tema muy candente fue lo ocurrido en el vestuario en aquel entretiempo en el que Pablo Pérez levantó la voz y terminó sancionado por Beccacece. Domingo prefirió no contar detalles sobre lo ocurrido: "Tengo mi verdad pero prefiero guardarmela. Pero lo que pasó es lo que sabe todo el mundo y no hubo más que eso. No está bueno que esas cosas salgan para afuera. Incluyo al cuerpo técnico, al cuerpo médico a los jugadores. Se hizo hincapié en los jugadores pero había sesenta personas en el vestuario. Por el bien de Independiente hay que dejar ese tema atrás. El que más perdió fue el club y sus hinchas. Hay que mirar para adelante".
Sobre los pilares que lo sostuvieron, Domingo contó: "Lo tomé con tranquilidad. Me apoyé mucho en la familia, los afectos, mi señora, que es la que más me bancó en casa. Son situaciones que te hacen crecer. Nunca hay que dejar de combatir. Viví dos meses incómodo".