A los 34 años, Lionel Messi estará el sábado por la noche ante otra oportunidad de conquistar su primer título con la Selección argentina mayor. Si hay un objetivo que le queda por cumplir al crack rosarino en una carrera llena de premios, títulos, goles y proezas, justamente es conquistar un trofeo con la Albiceleste.
Estuvo cerca en más de una oportunidad, de hecho acarició la Copa del Mundo en 2014, pero no lo logró. Ahora tendrá una chance más de alcanzar lo que tanto buscó. Y será nada menos que la Copa América ante Brasil, en el Maracaná. El escenario soñado para cualquier jugador argentino. Ganarle una final al clásico rival y en semejante templo del fútbol es, básicamente, uno de los puntos más altos.
Pero además, de ganar, será un momento de quiebre para el seleccionado argentino, que no obtiene un título mayor desde 1993, cuando se adueñó de la Copa América con el Coco Basile como entrenador. Casi tres décadas sin dar una vuelta olímpica pareciera ser demasiado para uno de los países con mejores jugadores y más futboleros del mundo.
Desde esa fecha a la actualidad se disputaron varias competencias y, en ocasiones, la Albiceleste estuvo muy cerca de coronarse. Sin embargo, vio cómo se le escaparon cuatro finales continentales: 2004 y 2007, ambas frente a Brasil, y 2015 y 2016 contra Chile; una de Copa Confederaciones, también ante la Verdeamarela; y una final del mundo, en 2014, contra Alemania.
Esta mala racha no le impide al conjunto nacional mantenerse entre los máximos ganadores de la Copa América: con 14 consagraciones, se mantiene solo por debajo de Uruguay (el líder con 15) y podría alcanzarlo en el caso de superar el sábado a Brasil en el estadio Maracaná.
La Verdeamarela, por su parte, quiere lograr la defensa del título conseguido en 2019 -también en condición de local- y sumar la décima Copa América a su vitrina, donde también, entre otros títulos, exhibe sus cinco Mundiales y sus cuatro Copas Confederaciones.