Si el fútbol es el deporte que mueve un planeta entero es, en gran parte, por hombres como éstos. De un extremo de la historia Alfredo Di Stéfano, del otro Lionel Messi. Pasado, presente y futuro. Historia pura. Dos puntos separados en la línea de tiempo, pero unidos por una misma ideología deportiva: el buen trato al balón.
La "Pulga" jamás vio jugar a la "Saeta Rubia", pero bien supo alimentarse de sus goles y títulos, convertidos en leyenda. De sus gambetas, transformadas en mito. De sus hazañas. Uno de los futbolista que escribe el libro del buen fútbol, se hizo un tiempo mientras piensa en treparse al pedestal de los 'enormes' el próximo miércoles en la Semifinal ante Holanda y escribió en su cuenta oficial de Facebook un mensaje de despedida para un jugador que no necesitó, siquiera, jugar un Mundial para estar en el Olimpo de los celestiales.
"Hasta siempre Don Alfredo Di Stéfano, una leyenda, un grande dentro y fuera de la cancha. Mucho ánimo a todos sus familiares y allegados", firmó Lio junto a una foto con el nacido en Barracas, pero hecho de hierro en Madrid. Aquella imagen, que quedará en la historia, fue en el 2009, poco antes del comienzo del Mundial 2010 en Sudáfrica, donde el rosarino recibió el 'Trofeo Di Stéfano' que entrega el periódico español Marca al mejor jugador de la temporada en la Liga. También se encontraba Maradona, para formar un trío que hizo (y hace) sonreír a todo un país.