Se le terminaron las vacaciones a Lionel Messi y se lo tomó muy en serio. De cara a la Supercopa de Europa, la Pulga fue titular y capitán en el triunfo sobre la Roma, por la amistosa Copa Joan Gamper. Estuvo al mando del equipo, anotó en el arco rival y hasta se peleó con un defensor, mostrando una faceta de su personalidad desconocida hasta aquí.
En el primer tiempo el argentino comandó la formación de Luis Enrique, convirtiendo al arquero visitante Wojciech Szczesny en figura. Fallaron Rakitic, Rafinha y hasta Neymar, hasta que el rosarino metió un cambio de frente preciso para Mathieu, quien asistió al medio, sirviéndole el gol al brasileño. De esta manera, el camino se empezó a abrir para los catalanes.
Al rato, y ya sobre el final de la primera parte, Messi tomó la pelota, organizó un toqueteo de 'papi fútbol' dentro del área rival y definió con un latigazo rasante, imposible de contener para el portero de la Roma. Previo a eso, el rosarino se cruzó muy fuerte con el africano M'Biya, a quien en una discusión lo tomó del cuello y le arrojó un cabezazo, en una acción que le valió la amonestación a ambos.
Comenzada la segunda parte, Luis Enrique realizó varios cambios y en los mismos salieron reemplazados Messi y Javier Mascherano, el otro titular. Sin embargo, eso no afectó la estructura del Barcelona, porque al instante amplió Rakitic con un zapatazo estupendo de larga distancia, que se clavó en el ángulo adversario. Desde ese momento, el partido se manejó al ritmo de los locales, quienes podrían haber ampliado si hubiesen acelerado un poco. Finalmente, no hubo más goles y el encuentro finalizó 3 a 0.