Últimamente las previas de los encuentros entre Rosario Central y Newell's son muy violentas. El martes por la madrugada, a unos días de que se dispute un nuevo clásico, la casa de la abuela de Maxi Rodríguez recibió balazos y pintadas con amenazas hacia el capitán de la Lepra, que habló este miécoles en conferencia para expresar su molestia por lo sucedido. "Cuando pasan estas cosas es difícil pensar en el partido. Todo tiene un limite. Esto no es folklore. Espero que la gente que tenga que hacerlo actúe porque no se puede ni jugar ni vivir así", expresó el delantero completamente indignado.
A pesar de su larga trayectoria como futbolista, Maxi contó lo difícil que es disputar el clásico rosarino por las consecuencias que puede traer. "Vamos a la cancha con miedo porque dependemos de un resultado y esto no tendría que pasar. Debería vivirse con cargadas, con folklore, pero no con violencia. Esto no es fútbol, hay vidas en juego", manifestó el atacante, que reconoció el apoyo que recibió de muchas personas por lo ocurrido.
Igualmente, se mostró fuerte para salir adelante y señaló: "Quiero continuar acá y me tengo que hacer cargo como referente cuando pasan estas cosas porque siempre fui muy profesional, aunque esto me golpea. Yo siempre doy la cara y mi familia se la banca. Es difícil pero no quiero irme". Además, comentó que como plantel "nunca pensaron en no ir al banderazo del jueves" porque es una "fiesta para los hinchas".