Cuando le llegó el llamado del Chapa Retegui, Luca Masso no lo dudó. "Sí, quiero", fue su respuesta. El nacido en Bruselas, con pasado en el seleccionado juvenil de los Diablos Rojos, obtuvo la ciudadanía argentina por su padre, Eduardo, ex tenista profesional. Por recomendación de Facundo Callioni, con quien compartió equipo en Royal Orée, llegó a los oídos del entrenador.
Con poco lugar en el conjunto europeo, el delantero de 21 años optó por representar al país al que sólo visitó una vez. Hizo el camino inverso al de su papá, que nació en Córdoba y jugó la Copa Davis para Bélgica.
La historia del belga que habla cinco idiomas (español, inglés, francés, flamenco e italiano) y que al darse cuenta de que no iba a ganar Roland Garros, cambió la raqueta por el stick.
-¿Costó tomar la decisión de representar a Argentina?
-No, porque la propuesta la tomé como una oportunidad de oro para mostrarme y jugar los Juegos Olímpicos. En la selección mayor de Bélgica no tenía lugar y esto me sedujo.
-¿Cómo te sentiste en tu debut en la Liga Mundial?
-Muy contento de ser parte de un torneo como ése. Si bien perdimos 2 a 1 contra Bélgica en los cuartos de final, considero que no hicimos un mal torneo. Hubo partidos en los que se jugó muy bien. Terminamos con tres victorias y solamente dos derrotas.
-¿Fue raro enfrentar a Bélgica?
-Sí, pero pese a todo yo les quería ganar. El equipo estaba andando muy bien, pero no tuvimos un buen primer tiempo y en ese nivel se paga muy caro, nos costó el partido. No me sorprendió que hayan llegado a la final, tienen muy buenos jugadores. Son uno de los cinco mejores equipos del mundo.
-¿Te pidió Chapa algún consejo antes de ese partido?
-No me preguntó nada, pero si puedo ayudar, lo haré con gusto. Conozco muchos jugadores de la liga belga.
-¿Te arrepentís de haber elegido Argentina viendo los resultados de los Diablos Rojos?
-No, para nada. Con 21 años ya jugué una etapa final de la Liga Mundial, tengo que aprovechar el momento.
-¿Cuáles son tus mayores virtudes adentro de la cancha?
-Es difícil para uno describirse, pero tengo buena velocidad y protejo muy bien la pelota. Además, prometo transpirar la camiseta, dejar todo en cada partido.
-¿Qué costumbres argentinas adoptaste?
-Mi papá me enseñó muchas cosas, como el español, por ejemplo, aunque debo trabajarlo. También me encanta la carne y el fútbol.
Mientras se prepara para dar los finales de su segundo año de Marketing, espera el 2016 con ganas. "Quiero estar en los Juegos", recalcó.