No debe ser fácil cruzarse en una cancha con el club de tus amores. Menos en una final. Y ni hablar si encima ese club es el que te dio la posibilidad de llegar a donde llegaste.
A Mascherano le pasó este domingo. Y contó que le costó muchísimo dejar de lado el sentimiento. "Me hubiese gustado que no fuera River. Estos días estuve tratando de aislarme de todo: es difícil olvidarse de quién está enfrente", dijo un rato después de que el Barsa venciera 3-0 a River haciendo trizas el sueño de los más de 20 mil hinchas que viajaron a Japón con la ilusión de ver al Millo campeón del mundo, que lo silbaron cuando fue reemplazado por Vermaelen.
También es cierto, que antes cuando en la entrada en calor, también hubo bastantes aplausos. "Prefiero quedarme con los aplausos más que con los silbidos. Acá los verdaderos héroes de River son los chicos que lo trajeron a esta final. Yo no pude hacerlo", agregó.
"Hicimos un gran partido. Fuimos superiores y, desde mi punto de vista, justos vencedores. Pudimos abrir el marcador en la primera parte y en la segunda jugamos con mayor libertad. Este es el premio a la gran temporada que hicimos", analizó Masche, que no quiso meterse en polémicas. Igual, dijo que "a Gallardo lo felicité por todo: una derrota no cambia en nada lo que han hechos estos jugadores y este cuerpo técnico". Y sostuvo que el Millo debe seguir por el mismo camino que lo llevó hasta la final del Mundial de Clubes: " River ganó todo lo que ganó por la manera de jugar, por atacar siempre, por apostar. Por eso consiguieron tantos logros".