La primera primera temporada para el entrerriano Marcos Sensei en los Países Bajos, a pesar de que terminó de una manera atípica por el Covid-19, fue totalmente positiva. El arranque en Feyenoord le costó pero una vez que agarró ritmo, se hizo pieza clave del equipo y fue elegido el mejor central de la liga. Tanta es la confianza del oriundo de Concordia que hasta sueña con la Selección Mayor. A la distancia, el joven defensor que hace una semana cumplió 23 años en su nuevo hogar en Rotterdam, habló de su actualidad, su pasado reciente y esa despedida entre lágrimas.
-¿Te costó la adaptación a Europa?
-Y sí, el primer mes me costó, es duro estar solo en un hotel. De entrada vine con mi mamá y mi novia estuvo de visita. Ya después viajó y se instaló acá conmigo.
-Igual, después de esos primeros partidos, te ganaste un lugar en el equipo y terminaste teniendo un gran rendimiento.
-Sí, después me adapté. Fue importante que el técnico me diera el tiempo necesario para hacerlo. Hoy la verdad es que me siento muy cómodo en el equipo, hicimos buenos partidos y en lo individual también. Creo que el último que jugué antes de que se parara todo fue uno de los mejores.
-¿Qué sentiste cuando te nombraron el mejor defensor central de la liga holandesa?
-Siempre es lindo que te destaquen o recibir ese tipo de reconocimientos, pero trato de mantenerme al margen y no dejarme llevar por esas cosas.
-Y la vida en Holanda, ¿te adaptaste enseguida?
-Sí, Rotterdam es una ciudad muy linda, muy nueva porque fue reconstruida hace poco y antes de todo esto pude recorrer un poco. Es una ciudad muy ordenada. Acá manejar está buenísimo.
-Ya volvieron a entrenar, ¿cómo están haciendo?
-Sí, a principios de este mes, primero en pequeños grupos y ahora ya entrenamos de a 12 jugadores. Tenemos botellitas personalizadas, respetamos una distancia que es aconsejada para hacer actividades físicas y no utilizamos los vestuarios.
-¿Hay aislamiento obligatorio allá?
-No, acá nunca fue obligatorio pero se respeta muchísimo. De a poco se está empezando a liberar cada vez más, podés salir a correr, sentarte en el parque, hay gente que usa barbijo y otra que no. Veremos cómo sigue.
-Con esta actualidad que estabas teniendo, ¿te ilusionás con un llamado de Scaloni para la Mayor?
-Ojalá me llame Scaloni. La verdad es que estaba muy metido con la Sub 23 y me gustaría poder estar en los Juegos Olímpicos, que es una competencia que, por edad, la podía jugar ahora nada más. Después trato de estar tranquilo y no hacerme la cabeza con la Selección Mayor, pero me encantaría tener esa chance.
-Tu último partido en San Lorenzo te fuiste del estadio llorando. ¿Superaste la despedida?
-Es que fueron muchísimos años en el club, es una parte muy importante de mi vida y no me pude contener. Por suerte durante el partido no me afectó saber que me iba, pero cuando terminó y la mayoría de los jugadores se fueron para la tribuna a celebrar que habíamos ganado, yo me quedé solo en el medio de la cancha y se me vinieron las lágrimas.
-¿Ahí te cayó la ficha de que te ibas?
-Sí, sabía que en ese mercado se podía dar una venta.Se cerró y en la concentración me dijeron que no querían que jugara contra Unión por el riesgo de una lesión...
-Pero jugaste igual
-Sí, quería despedirme en la cancha. Por suerte pude hacerlo, jugando de local y encima ganamos. Preferí tomar ese riesgo.
-¿Volviste a ver ese partido o las imagenes de cuando estás declarando y te quebrás?
-No las había vuelto a ver hasta hace un tiempito que el Feyenoord me hizo una nota y me pasaron saludos de Coloccini, Gonzalo, Torri. Fue muy lindo, pero eso me removió un poquito todo.
-¿Volverás a San Lorenzo en el futuro?
-Falta mucho. Hoy estoy muy cómodo acá y recién llego a Europa. Quisiera poder jugar en otras ligas, me gusta la Premier, la Bundesliga, la de España, la de Italia... Un tiempito en cada una, je. Después se verá, pero no le cierro la puerta a nadie porque hay que ver si en el momento que estoy para volver, el club quiere que vuelva.