Iker Casillas ya no se sentía cómodo, y prefirió cambiar de aire. Su futuro estará en el Porto, tras 25 exitosos años en el Real Madrid, donde dio 18 vueltas olímpicas y se convirtió en un verdadero ídolo de una de las instituciones más prestigiosas del mundo.
Ayer, el portero dio una emotiva conferencia de prensa para despedirse, la cual fue interrumpida en varias oportunidades debido a la emoción que lo invadió y las lágrimas que se le cayeron al tener que ponerle punto final a su estadía en la Casa Blanca.
Si bien conmovió su adiós, el hincha quería una salida más afectuosa, y por tal razón le exigieron a Florentino Pérez que abra el Santiago Bernabéu. Allí, más de 2000 personas le dieron calor a su marcha rumbo a Portugal. "Soy un madridista más y siempre que pueda vendré a animar al Real Madrid. Intentaré llevar el nombre del madridismo donde vaya", soltó el portero.