Fueron determinantes. El árbitro Diego Ceballos y el línea número dos, Marcelo Aumente, fueron protagonistas de la final por sus fallos en Córdoba. El juez principal falló en una jugada clave que quebró el partido: a los 8 minutos del segundo tiempo cobró un penal que no fue y que le permitió a Boca abrir el marcador ante Central.
Gino Peruzzi desbordó por derecha en el inicio del complemento, Paulo Ferrari (que había reemplazado a Villagra en el entretiempo) lo tomó del hombro. El lateral de Boca cayó al piso y Ceballos marcó penal. El grave error del árbitro fue que vio adentro del área una falta que fue claramente afuera. El toque de Ferrari sobre Peruzzi ocurrió un metro afuera del área. Después, Lodeiro acertó desde los doce pasos y Boca se puso 1-0 en una final muy caliente y cerrada.
Pero la bronca de Rosario Central ya venía subiendo la temperatura desde el primer tiempo. Porque a los 37 minutos, tras un tiro libre de Franco Cervi desde la derecha encontró la cabeza de Marco Ruben y el frentazo del delantero se clavó en el ángulo. El línea Aumente vio a Marcelo Larrondo adelantado cuando partió el centro y levantó la bandera con la pelota en el aire. Larrondo saltó con Ruben y participó de la jugada. Fue posición adelantada, por centímetros.
Y sobre el final del partido, Andrés Chávez selló el 2-0 con un toque de zurda tras una contra. Pero pareció estar en offside cuando Marcelo Meli le dio el pase adentro del área.