El 8 de agosto de 2021, Lionel Messi oficializó en un discurso entre lágrimas su salida definitiva del Barcelona. El máximo goleador histórico del club debió emigrar frente a la negativa de la nueva dirigencia en la renovación de su contrato. El París Saint-Germain fue su nueva casa, pero esa partida estuvo muy cerca de darse un año antes, cuando el astro quedó a un paso de arribar al Manchester City de Pep Guardiola.
Los 14 títulos ganados por la dupla en el "Blaugrana" dejaron una relación repleta de éxito entre ambos. Luego de que sus caminos se separaran, volvieron a juntarse el 18 de agosto de 2020. Ese día, Messi y Guardiola se vieron las caras en el piso del entrenador en la Bonanova, zona residencial de la Ciudad Condal, según el libro Dios salve a Pep, escrito por Martí Perarnau, que ofrece detalles sobre la intimidad del diálogo ocurrido en un sofá del hogar cuatro días después de la histórica eliminación por 8-2 frente al Bayern Múnich por la Champions League.
El bíografo de Pep, que ya escribió otros dos libros sobre el técnico como 'Herr Pep' y 'Pep Guardiola, La metamorfosis', precisó que el cónclave inició en horas del mediodía y se extendió por más de seis horas, hasta finalizar a las 18:30 de la tarde, según replicó el periódico español Mundo Deportivo. Y el matutino añadió: "Se ilusionaron en volver a trabajar juntos en el City ese mismo verano".
La caída del elenco inglés ante Olympique de Lyon en los cuartos de final de la Liga de Campeones había dejado desanimado al DT y, del otro lado, Messi enfrentaba los "engaños" del presidente del Barcelona de ese entonces, Josep María Bartomeu, de su entrenador, Quique Setién, y del ayudante de campo de este último, Eder Sarabia.
Los "parches y malabares" de la estrepitosa caída en Lisboa contra los bávaros tensionaron el vínculo del 10 con la dirigencia hasta las últimas instancias y el libro profundiza el cruce de opiniones mantenido por el capitán de la selección argentina con el conductor que marcó su carrera.
- Guardiola: "En Manchester entrenamos muy duro...".
- Messi: "Entrenaré duro, no me preocupa".
- Guardiola: "Y continuo haciendo largas charlas tácticas. Quizás te aburras...".
- Messi: "Aguantaré. Aguantaré todo lo que hagas".
- Guardiola: "Leo, nos hemos hecho mayores. Quizás ya no nos soportamos".
Anteriormente, Perarnau contó en una entrevista para el diario catalán Sport que el ocho veces ganador del Balón de Oro fue el principal interlocutor de esa charla: "Es así, puede sorprender porque Messi antes hablaba muy poco pero todos hemos visto cómo ha evolucionado Messi y el discurso que dio en la gala del Balón de oro así lo reafirma. No es el mismo Messi que cuando empezaba a jugar. Fue él quien quiso reunirse con Guardiola para saber si podía jugar en el Manchester City. El City no se movió por Messi. Lo que le dijo el City a Messi es que si él se desvinculaba del Barça estudiarían su posible incorporación. Pero no se dio".
Más adelante, el escritor esquivó la consulta sobre si el campeón de la última Champions League hubiese ido a fondo por el argentino, si firmaba su desvinculación definitiva en el Barcelona: "No podemos saber qué hubiera pasado pero es razonable pensar que sin el vínculo con el Barça, Guardiola no le hubiera dicho que no a Messi. Todavía es el mejor del mundo y hablamos de hace tres años. Pero como Messi no se desligó del Barça no hubo más historia, no se llegó nunca a este punto".
Las diferencias explicadas por Messi debido a la gestión de Bartomeu incluyeron un mensaje concreto a Pep Guardiola en esa reunión para dar el salto a la Premier League: "Míster, yo solo quiero romperla". Días después, Leo envió aquel famoso burofax pidiendo la libertad de acción en favor de una cláusula de su contrato, pero esto nunca prosperó y el campeón del mundo permaneció en Barcelona hasta su partida en el verano europeo de 2021.
(Infobae)