El sur está caliente. Muy. Sino miren todo lo que pasó en el clásico entre Banfield y Lanús disputado en el Florencio Sola. Disputado es la palabra justa: mucho roce, tres goles, cuatro expulsados, gestos, cargadas y calenturas... Pero el que festejó es uno solo. Con goles de Aguirre y Melano, los de Guillermo Barros Schelotto ganaron por 2-1 y se quedaron con un partido más que especial. ¡Granate conmigo!
El encuentro estuvo roto desde el minuto cero; nunca hubo un mediocampo y los dos tuvieron chances de arranque. Monetti salvó a Lanús y un cabezazo de Lautaro Acosta rozó el palo. Podía ser 1-1, pero era 0-0... Pero el verdadero punto de quiebre sucedió a los 22 minutos: Laucha quedó de cara a Bologna, Vittor lo bajó y la pena fue máxima para Banfield: penal y roja. El Bicho Aguirre se hizo cargo y le rompió el arco, fuerte, media altura y adentro.
La otra situación clave llegó justo antes del entretiempo. Tiro libre para el Taladro, varios jugados muy juntos en el área, Noir le tiró dos patadas a Junior Benítez, el de Lanús respondió y Loustau expulsó al Granate. Luego, previa charla con el línea, también hubo roja para Tito, que lo tuvieron que agarrar entre varios... (Ver A las patadas) En el medio, Maxi Velázquez cortó justo a Erviti, Bologna se la sacó a Acosta, Monetti a Cazares y Melano se lo perdió. Sí, tarjetas y chaces para todos.
Almeyda se la jugó en el ST, adentro Viatri y Asenjo, pero una contra fue la herida de muerte. La manejó Ortiz y a Melano una se le iba a dar. El 2-0 parecía lapidario. Pero pasó algo más: Acosta hizo una falta, doble amarilla y el cuarto expulsado en la tarde. Ojo, el Laucha, en al camino al vestuario, hizo un gesto particular (Ver Laucha provocador). Y al toque, Asenjo descontó. El suspenso que le faltaba para que sea la película perfecta. Viatri estuvo a punto de convertirse en héroe, pero el destino tenía pintado un color bien Granate.