Un mini escándalo tomó por asalto el cuadro principal del Mundial de Clubes después de los partidos de Cuartos de Final y antes del inicio de las llaves de Semifinales. A raíz del deplorable estado del campo de juego del estadio de Rabat, que albergó Cruz Azul-Sydney Wanderers y tenía estipulada la recepción del duelo entre los mexicanos y Real Madrid, la FIFA tomó la decisión de mudar dicho enfrentamiento al escenario de Marrakech (se jugará mañana desde las 16.30).
El detalle que encendió el reclamo de San Lorenzo es que la primera Semi y también el cotejo por el Quinto Puesto (ES Sétif y Sydney Wanderers serán los animadores) se desarrollarán en el césped que el miércoles a partir de las 16.30 verá el debut del campeón de América, en medio de un incesante predominio de las lluvias en la región. Por ende, se teme una degradación evidente del terreno de juego.
Al respecto habló Matías Lammens dejó bien en claro que "a nosotros nos perjudica que Real Madrid no haya querido jugar en Rabat. Su reclamo fue atendible y entendible, pero pedimos un trato igualitario. Se van a jugar tres partidos en 24 horas en el mismo campo y no podemos poner en riesgo el físico de los jugadores".
"Nosotros nos jugamos mucho y no es justo lo que está pasando. No es un enojo, sino un pedido porque pretendemos el mismo trato", soltó el titular del cuadro de Boedo, que envió una nota formal al ente internacional y aguarda una respuesta para solucionar el conflicto. ¿Cómo podría destrabarse? "Pedimos que por lo menos muden el partido del Quinto Puesto a Rabat", explicó.
Consultado por los árbitros, el Presidente expresó su tranquilidad porque "creemos en la buena fe de todos" y después pasó a analizar al Auckland City, el rival del elenco de Edgardo Bauza dentro de 48 horas. "Me sorprendieron mucho, tienen jugadores interesantes. No puedo negar que el favorito es San Lorenzo, que seguramente asumiremos el protagonismo y ellos esperarán, pero hay que jugar", alertó sobre la necesidad de no pensar en un juego ganado.