Muchos dicen que en los amistosos nunca hay que arriesgar, pero este partido era algo especial. Dejando de lado el escandaloso caso de Valbuena y Benzema, las dos selecciones se jugaban mucho más que el honor. Es que ambos aprovecharon la situación para probar jugadores y esquema de cara a la Eurocopa 2016, pero Francia querría cortar una racha negativa de cinco caídas frente al elenco germano, que tenía como última derrota la eliminación del reciente Mundial en Brasil.
Muchos, por no decir todos, esperaban que el cotejo arrancara de la mejor manera, pero no se dio. Los dos comenzaron esperando a la acción del rival durante la primera etapa. Pese a las dos pifias de Müller y Gómez, fue Martial quien rompió el silencio que se vivía en el State de France, y con una genialidad sobre el sector izquierdo de la defensa alemana, dejó el gol servido en bandeja para un Giroud que no perdonó.
Para la segunda etapa, Löw movió el banco en busca del empate pero no surtió efecto en la cancha. Aunque ambos tuvieron situaciones no estuvieron precisos para notar, hasta que Matuidi, aquel jugador del PSG que tiene un pulmón extra, se corrió la cancha y le metió un centro preciso a un Gignac que trasladó sus goles de México a Francia, y sentenció un duelo que se debió festejar con champagne, pero se arruinó con un atentado que vuelve a manchar al fútbol.