La primera mitad en el Presbítero Bartolomé Grella se divide en dos partes, primero, la tenencia y el dominio del balón, fue para Racing, pero las situaciones más claras fueron para Patronato.
La iniciativa de los dos elencos fue similar a la que se dio este viernes por Superliga, con un Racing apostando a la salida por lo bajo y un Patrón que presionó arriba, forzando el error del rival.
Para el bien del Rojinegro, la idea surgió efecto, porque no sufrió en los primeros minutos y se mostró más versátil a la hora del movimiento de pelota, con Cornero activo, buscando sociedades con Pastorelli y Aruga.
Y fue la banda izquierda la vía de ataque del local, al que le costó llegar. Con dominio y un ritmo lento, la Academia creció, desbordó mediante pases en profundidad, pero dentro del área y en cercanías a las mismas, no le proporcionó peligro a Federico Costa, que tuvo un partido tranquilo.
Pero, cómo fue de esperarse, el encuentro cayó en un pozo, se prestaron la pelota, la fricción hizo muy conversado la primera mitad, que sólo se quedó con un remate desde lejos de Juan Galetto, tras un rebote y otra situación clara de Matías Fonseca, que no estuvo fino para darle dirección a la bocha. Y así se fueron a camarínes, con imprecisiones y mucha fricción.
La sensación final con la cuál terminó el partido, hace ver un Patronato muy superior a Racing, que terminó replegado y con un hombre menos tras la expulsión, a los 40 minutos, de Araujo.
Pero en el desenlace de la historia, fue palo por palo, pero en la mitad de cancha y no sólo por cómo se prestaron la pelota, sino también por lo duro que se hizo el juego, señala La Cabala.
Ninguno se hizo cargo de dominar las acciones, aunque cuando Guiffrey se conectó con Galetto, Cáceres y Fonseca, las variantes aparecieron, cómo también Cornero de buen partido, ayudando a saltear líneas y acumulando rivales a su alrededor.
Son pocas las ocasiones que se le registraron a este Patrón, que apostó más a la pelota parada, que los espacios que tuvo para desarrollar una ofensiva más clara. Del otro sector, Racing tampoco incomodo, lateralizando el juego creció, pero en los metros finales, falló en la definición. Remates lejos, sin sentidos.
En sí, las sensaciones marcan un partido diferente, activo, chato de a ratos y con mucha lucha en la mitad de cancha, además de conversado. No pierde el Negro, que sigue sumando en el torneo, pero que logró mantener el arco en cero en está oportunidad. Ahora, pensar en Banfield.