En tiempos en los que la pandemia que azota al mundo le puso el freno a la mayoría de las actividades, retrotraerse y contar algunas historias del pasado que no fueron contadas pareciera ser una buena idea. Un diario de España lo implementó, y una de las viejas anécdotas que sacó a la luz en estos días tiene a un entrerriano como gran protagonista: Gabriel Heinze.
Hacía poco más de un año que el Gringo había llegado al Real Madrid desde el Manchester United. No se puede decir que fuera uno de los cabecillas del plantel, que por ese entonces, y por mencionar solamente a algunos de los pesos pesados, tenía a Sergio Ramos, Raúl y Casillas. Pero ninguno con el carácter del oriundo de Crespo. Y eso ayudó a que ocurriera el cruce que Juan Ignacio García-Ochoa develó en Marca:
7 de agosto de 2008. Pretemporada del Real Madrid. Los jugadores llegan al aeropuerto de Barajas a las 7 de la mañana y no con muy buena cara. Son tiempos en los que los futbolistas aún no tienen tratamiento de jefe de estado y en los que tienen que pasar por la terminal antes de subirse el avión. Los futbolistas se mezclan con aficionados, periodistas y, por supuesto, con el resto de viajeros que acuden al aeropuerto. Imaginen cómo estaba Barajas en pleno de mes de agosto. Caos, por tanto, cuando llegan los jugadores del Madrid y sorpresa de la mayoría al ver su estado de ánimo y sus pocas ganas de firmar autógrafos.
¿El motivo de las caras largas? El destino: Bogotá. Ni a los jugadores ni a Bernd Schuster les hacía ni pizca de gracia tener que viajar a Colombia para disputar un único partido amistoso. 12 horas de ida y 12 horas de vuelta para estar en Colombia un total de 19 horas, que es el tiempo exacto que estuvo el Madrid en el país cafetero para disputar un amistoso ante Santa Fe de Bogotá. Van de Vaart, presentado como nuevo jugador del Madrid dos días antes, era el único futbolista de la expedición que sonreía. El resto echaba humo.
Pero el enfado del Madrid no se quedó sólo en los restos serios. Ya dentro del avión, un jugador de sangre caliente, como Gabriel Heinze, no se calló cuando vio a Ramón Calderón entrar en la cabina y le lanzó a la cara el siguiente recado: "Gracias presi por este viaje. ¡Qué vergüenza!". El argentino no se quedó solo en su protesta y otros futbolistas, ya más en tono de broma, prosiguieron con las quejas y lanzaron incluso algún abucheo. "¡Hay que hacer dinero, cómo queréis que os paguemos vuestras fichas!", les respondió el presidente. Ramón Calderón, presidente cercano y cariñoso con los jugadores, desfilaba rápido hacia su asiento huyendo de la confrontación con sus jugadores, pero uno de sus directivos no se lo tomó tan bien y espetó a Calderón. "Que se queje Raúl, vale, pero que se queje este paquete". El ambiente, sin duda, estaba caldeadito.
La tensión en la Junta Directiva del Madrid era importante también por esas fechas, ya que Ramón Calderón intentaba a toda costa cerrar el fichaje para ese verano de Cristiano Ronaldo. El luso se dejaba querer y Calderón pensaba que era posible llevarlo al Bernabéu antes de que se cerrara el mercado. A excepción de Van de Vaart, el presidente había paralizado todas las operaciones para esperar al portugués, pero al aterrizar en Colombia, jarro de agua fría para el madridismo. "Seguiré en el Manchester United, no me voy al Madrid", declaraba Cristiano en una entrevista que los jugadores del Madrid comentaron nada más poner pie en tierra en Bogotá.?
La sorpresa llegó por la noche, cuando todo el mundo esperaba a un Ramón Calderón hundido y se le vio de fiesta en un conocido restaurante de Colombia. Andrés Carne de Res se llamaba el local, donde Calderón, seguramente, no estaba hundido por el plantón de Ronaldo, sino feliz porque le tenía atado para el verano de 2009. Al menos, eso se deslizó después.?
El Madrid, por cierto, vencería el amistoso en Colombia por 1-2 con gol de Van de Vaart. Un amistoso que empezó con lío, que siguió con un fiestón y que terminó con otro follón en el eterno viaje de regreso: empezaba el motín de Robinho, para marcharse del Real Madrid.?
Fuente: www.ole.com.ar