La Federación Española de Fútbol y el Comité Técnico de Árbitros de esa entidad levantaron la sanción por expulsión sufrida por el delantero brasileño de Real Madrid Vinicius Junior este domingo ante Valencia, cuando denunció insultos racistas de la parcialidad local.
Pero, además, la Federación dispuso el cese en sus funciones de cinco árbitros de VAR, entre ellos Nacho Iglesias Villanueva, que ese día era el encargado del equipamiento técnico.
Y además la Federación anunció la clausura de la grada Mario Alberto Kempes (el cordobés fue ídolo del club valenciano) en Mestalla durante cinco partidos, además de una multa de 45.000 euros a Valencia por esos insultos racistas contra Vinicius Junior.
En su comunicado la entidad española fue dura con el juez del encuentro De Burgos Bengoetxea, al señalar que "se considera acreditado que la apreciación del colegiado estuvo determinada por la omisión de la totalidad del lance sucedido, lo que vició "a radice" la decisión arbitral".
"En efecto, el hecho de que le fuese hurtada una parte determinante de los hechos lo abocó a adoptar una decisión arbitraria. Y ello porque le fue imposible valorar de modo adecuado lo que ocurrió, pues en el procedimiento necesario para la adopción de tal decisión se habría producido la omisión de un trámite indispensable para que la misma hubiera podido ser legítima y legalmente adoptada", añade el comunicado.
Cuando se refiere a la ausencia de imágenes, es en donde la Federación carga contra Iglesias Villanueva, encargado del VAR, porque considera le envió una "maliciosa edición de las imágenes, donde omitió la parte de los insultados y agravios racistas".
"Es la primera vez que ha quedado demostrado que un árbitro de VAR ha sesgado unas imágenes de un partido y por eso se le cesa en funciones. Al margen de Iglesias Villanueva, el motivo por el que el resto de árbitros de VAR no seguirán es porque el CTA considera necesario el cambio y la evolución del uso de la herramienta", explicaron voceros de la entidad.
En su primer informe, De Burgos Bengoetxea señaló que la expulsión de Vinicius fue por "golpear con su brazo en el rostro de un adversario cuando el balón no estaba en juego, en una confrontación masiva de jugadores de ambos equipos. El jugador contrario no tuvo que ser atendido".
Pero en un segundo informe, De Burgos Bengoetxea añadió que "en el minuto 73 un espectador desde la grada sur "Mario Kempes" se dirigió al jugador Nº20 del Real Madrid C.F. Don Vinicius José De Oliveira Do Nascimiento gritándole: "Mono, mono" por lo que se activó el protocolo de racismo".
La situación provocó una dura polémica en la que Real Madrid y sus dirigentes denunciaron "racismo" y reclamaron la toma de medidas urgentes, y a ellos se sumó una gran cadena de solidaridad de futbolistas, personalidades y dirigentes en favor de Vinicius.
Inclusive el presidente de Brasil Luiz Inacio Da Silva se quejó del racismo y su ministro de Justicia Flávio Dino, dijo que se estudiaba adoptar el principio de extraterritorialidad por los ataques racistas sufridos por Vinícius en el fútbol español.
"Estamos estudiando la posibilidad de aplicar el principio conocido como extraterritorialidad. El Código Penal prevé que, en algunas situaciones excepcionales, es posible aplicar la ley brasileña en caso de crímenes contra brasileños incluso en el exterior", explicó Dino.