La escultura, de medidas reales, muestra al jugador rosarino en plena acción de juego, con la camiseta 10 de la Selección argentina. Si bien el parecido es resonante, llama la atención algunos rasgos exagerados de su cara, que se muestra algo hinchada.
Según fuentes del museo, se utilizaron 250 medidas del jugador del Barcelona y sólo la colocación del cabello llevó seis semanas de trabajo.