El clásico entre Huracán y San Lorenzo estuvo áspero. No sólo adentro de la cancha sino también afuera. Tanto que Alejandro Nadur, presidente de Huracán, hizo algo que no corresponde: en el entretiempo interceptó al árbitro Fernando Espinoza por dos penales que según él no le habían cobrado en el primer tiempo. Muy mal lo del dirigente, que nadie tiene que hacer en esa zona del estadio. Lo confirmó el propio juez al pasar, después del partido, y al dirigente le labraron un acta.
<b>Así contó el colegiado lo sucedido:</b>
-¿Qué pasó en el entretiempo?
-Nada, cosas que van a quedar en el informe.
-¿Nos podés adelantar algo?
-Entró gente al vestuario, tuvimos más de 20 personas.
-¿Quién por ejemplo?
-Dirigentes y presidente.
-¿El Presidente de Huracán?
-Sí.
Está claro que está mal que un presidente vaya acompañado a hablar con el juez. Una forma de presionar, después de un PT en el que Huracán estaba 1-0 arriba: le habían perdonado la vida a Araujo (era para roja el codazo a Fértoli), Espinoza había dejado pasar un penal y además había expulsado a un auxiliar del Globo. Según trascendió, Nadur interceptó a Espinoza cuando volvía para reiniciar el segundo tiempo: "En el hall central entre el vestuario de árbitros y el vestuario local", así dice en el acta. Cuentan que lo insultó y que estaba bastante agresivo.
El 2-0 de Huracán no fue por esa apretada, está claro. Curiosamente todos los amonestados de San Lorenzo, que no llegó casi nunca, fueron en ese segundo tiempo. También en ese ST Espinoza no echó a Coniglio, quien estaba amonestado y se trepó al alambrado al hacer el segundo.
A Nadur se le labró un acta por este hecho, basado en el artículo 52 del Código Contravencional Ciudad de Buenos Aires, que establece: "Quien intimida u hostiga de modo amenazante o maltrata físicamente a otro, siempre que el hecho no constituya delito, es sancionado con uno (1) a cinco (5) días de trabajo de utilidad pública, multa de doscientos ($ 200) a un mil ($ 1.000) pesos o uno (1) a cinco (5) días de arresto".
Hombre de carácter, que no suele callarse, Nadur le metió más mucho picante a un clásico caliente. Una actitud que no suma para nada.