A horas del arranque de las semifinales de la Copa Libertadores, Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, hizo pública una carta que escribió con un pedido especial: que haya paz.
"Respetemos al rival, al árbitro y al hincha del otro equipo. No permitamos que el fanatismo descontrolado dañe la magia y el encanto del mejor deporte del mundo", expresó en uno de los pasajes del comunicado el dirigente. Las series se abren este martes (21.30) con la ida entre River y Boca y el antecedente lamentable de 2018 (se suspendió la vuelta en el Monumental por agresión al micro del Xeneize y el partido se llevó a Madrid) muy cerca en el tiempo...
<b>La carta completa:</b>
<i>Estimada Familia del Fútbol Sudamericano, Llegamos una vez más a la última etapa de la CONMEBOL Libertadores, quedan cinco partidos para saber quién será el equipo que alcance la gloria eterna este año.
Antes que todo, felicitaciones a los cuatro equipos clasificados, el Club Atlético Boca Juniors, el Club Atlético River Plate, el Clube de Regatas do Flamengo y el Grêmio Foot-Ball Porto Alegrense. Todos ellos son firmes candidatos al título que se disputará el 23 de noviembre en Santiago de Chile.
Este año tenemos una gran oportunidad en nuestras manos, una oportunidad perfecta para proyectar espectáculo y la mejor imagen del fútbol sudamericano al mundo entero. Aficionados de más de 100 países en los cinco continentes estarán pendientes de esta gran fiesta.
Como hombre de fútbol, creo que la CONMEBOL Libertadores es la copa más emocionante del mundo, todos quieren ganarla, todos sueñan tenerla, pero unos pocos la obtienen y esta edición, más que nunca, es un escenario único de reivindicación de nuestro mejor fútbol. No permitamos que nada ni nadie empañe ese brillo que tanto deslumbra dentro y fuera de nuestras fronteras.
Nuestra pasión por el deporte es única y reconocida mundialmente. Por eso mismo, respetemos al rival, al árbitro y al hincha del otro equipo. No permitamos que el fanatismo descontrolado dañe la magia y el encanto del mejor deporte del mundo. El fútbol es un juego, la violencia no.
Sin más preámbulo, que inicien las fiestas de las semifinales, que ganen los mejores equipos, que las hinchadas celebren, griten, se abracen y no olviden que en una cancha pueden quedar sonrisas o lágrimas, pero nunca debe haber espacio para los violentos.
Nos vemos en Santiago de Chile con los dos mejores equipos del continente. Una cita que todos, desde aficionados, jugadores, clubes y directivos, tenemos la responsabilidad de convertirla en la final única, no por diputarse a un solo partido, sino por ser única en su organización, convivencia y espectáculo futbolístico.
Alejandro Domínguez Presidente Confederación Sudamericana de Fútbol</i>