Juan Martín del Potro dio un revolcón al torneo de tenis de Río 2012 al eliminar al primer favorito, al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic por 7-6(4) y 7-6(2).
Djokovic, que se marchó entre lágrimas y que sólo había perdido cuatro partidos en lo que va de año, no podrá pelear por el oro olímpico, el único gran premio que le queda a su poblado palmarés.
El serbio, aparentemente nervioso, sobreactuando en las celebraciones y superado por un rival extramotivado, no encontró la fórmula de cortar la entusiasta actitud del argentino.
Del Potro salió fortalecido del Centro Olímpico de Tenis. Una victoria que reactiva una carrera dañada por las lesiones.
La muñeca le obligó no hace mucho al paso por el quirófano. Dos años por la borda poco después de asomarse a la parte alta del circuito, al cuarto puesto mundial meses atrás, en el 2009, de ganar el Abierto de Estados Unidos.
Del Potro, que en Londres 2012 privó al serbio del bronce olímpico, su última victoria de renombre, volvió a tumbar a Djokovic, ganador de siete títulos este año y poseedor de doce Grand Slam, entre ellos el de Roland Garros y Australia en el 2016.
Del Potro, apoyado por la mitad de una grada dividida en un ambiente futbolero, se escondió en su toalla al final. Entre lágrimas. A la espera de que Río 2016 lo recupere como jugador. Ahora le espera el portugués Joao Sousa en segunda ronda.