Será el choque entre el padre y el hijo futbolístico. El duelo de dos equipos poderosos pero con el morbo que significa tener frente a frente a Lionel Messi y a Pep Guardiola, la sociedad quizá más exitosa jugador-entrenador de los últimos 20 años. Es cierto que las armas de ambos para imponerse son distintas. Uno estará dentro del campo de juego y el otro deberá verlo pegado a la raya. Sobre el desequilibrio del argentino habló el DT en la conferencia de prensa que brindó este martes al arribar a Barcelona, su ciudad. "Estando como intuyo que está, es imposible parar a Messi. No hay defensa que pueda. Es demasiado bueno. No lo parás aunque defiendan nueve en el área", lo elogió.
Un rato antes, Lionel había declarado que no era una mayor ventaja para Guardiola conocer al plantel del Barsa por haberlo dirigido ya que ellos también saben qué pretende Pep de sus equipos. De ahí que asegurara que "es un 50 y 50". Al respecto, el entrenador del Bayern cree que la ventaja, en realidad, es de los jugadores del conjunto culé. "Pocos sistemas defensivos pueden controlar el talento del Barsa. Llevan años juntos y se conocen bien. La mayor ventaja es de ellos, no mía, porque me conocen. Yo en cambio no puedo controlar su talento, que es lo que domina en un partido de fútbol".
Para Pep es toda una novedad tener que enfrentar al club que es su casa, donde ganó todo como futbolista y como entrenador. "Es fantástico volver aquí. Es un partido especial para mí, claro. Vuelvo a mi casa aunque ahora como técnico del Bayern y tengo que dar lo mejor de mí. No será fácil para nosotros, pero esta es una gran oportunidad para llegar a la final de Berlín. Sabía que dirigiendo otros clubes iba a volver. Tarde o temprano iba a pasar. Pero estoy aquí para hacer mi trabajo. Yo vine aquí a ganar. No para un homenaje sino para intentar llevar al Bayern a la final", aseguró.
Después de excusarse de dar la formación y poner en duda la presencia de Lewandowski ("Veremos sus sensaciones con la máscara y decidiremos"), comentó que ya sabe cómo jugar. "Tenía una idea de cómo jugar y en los últimos días he cambiado algunos matices. Pero la idea está. Sé que será difícil estar en la final si no marcamos al menos un gol en el Camp Nou", analizó. Y sobre las ausencias de peso (Robben, Ribery, Alaba...), aseguró: "Nunca me he quejado de las bajas. Si lo hubiera hecho no habríamos ganado la Bundesliga ni habríamos llegado hasta aquí".