Con su ausencia en los primeros entrenamientos del Barcelona de Ronald Koeman, Lionel Messi ratificó su postura indeclinable de dejar el club. Josep María Bartomeu tiene decidido no dejarlo ir sin cargo y por eso Jorge, padre del crack rosarino, buscará una solución al inminente conflicto.
La intención de quien maneja la carrera del mejor jugador del mundo es arreglar una salida que deje conformes a ambas partes. Se sabe que La Liga apoya a Barcelona y no le dará la baja a Lionel Messi, pero de ahí a forzar que el club que se quede con el 10 pague 700 millones de euros hay un abismo de distancia.
El punto fuerte en el contrato del rosarino radica en que la rescisión del contrato de manera gratuita tiene el aval de un párrafo que menciona que su ejecución se puede producir "al final de la temporada" y no específicamente en junio, algo que se estiró dos meses a raíz de la pandemia de coronavirus.
El detalle en cuestión, que puede resultar clave en esta definición, tiene que ver con el hecho de que esta renovación contractual se llevó a cabo cuando el coronavirus no era pandemia y justamente en junio se debía jugar la Copa América (fue pospuesta para 2021) simultáneamente con la Eurocopa, por lo que la temporada en el Viejo Continente iba a finalizar, en todas sus competencias, el 15 de mayo.
Eso significaba que el 12 de junio a las 20 el propio Messi iba a estar capitaneando al seleccionado argentino en Buenos Aires frente a Chile, en la apertura de ese certamen, muy lejos de cualquier negociación tendiente a continuar o dar por terminado su vínculo con el club de toda la vida.
Claro que unja salida de ese tipo, dejándole a Barcelona copas, títulos, récords y gloria, pero nada de dinero, sería como una "traición" de última hora para el pueblo "culé" y algunas voces cercanas a Messi ya le habrían aconsejado zanjar diferencias para que el adiós no se vuelva más traumático aún.
Y de hecho, según adelantaron medios españoles, el que más le insistió en ese punto fue el propio Josep Guardiola, que estuvo de visita por tres días en Barcelona junto a su nuevo ayudante de campo, Juan Manuel Lillo.
Claro que "Pep" también pretende llevárselo a Manchester City, pero como buena parte de la organización directiva de esa entidad supo pasar por Barcelona, no quiere (quieren) quedar como los que le "sacaron" gratuitamente a Messi al club "blaugrana" y convertirse también en otros "traidores" para su afición.
Y si bien le resultaría conveniente al City que Messi se fuera gratis para negociar directamente con él y no tener nuevamente problemas con el "fair play" financiero, el hecho de que el tema se judicialice y el día de mañana, en caso de resetearse la situación y que surgiera un fallo favorable a Barcelona, tuviera que hacerse cargo de esos 700 millones de euros en que está fijada su cláusula de rescisión, no los convence a sus directivos de que ese sea el camino correcto para quedarse con sus servicios.
Por ello preferirían que la salida se concretara con dinero de por medio, por supuesto que muy lejos de esos 700.000.000 (entre 100.000.000 y 150.000.000 más un par de jugadores), aventando así cualquier riesgo económico ulterior.