Avellaneda se tiñe de Rojo, porque es Independiente el que copa el barrio. Después de ganarle el clásico a Racing, el equipo de Mauricio Pellegrino se impuso 1 a 0 ante Arsenal y se clasificó a los octavos de final de la Copa. Ahora a festejar, porque el tiempo es corto y en la próxima fase deberá medirse contra Olimpia de Paraguay.
No fue el mejor partido de Independiente: fueron pocas las situaciones claras de gol que generó (así y todo tuvo las mejores) y le faltó la contundencia que sí apareció en el derby. Igualmente impuso su juego ante un rival que arrancó muy retrasado y sin poder tener la pelota cuando la recuperaba y fue Albertengo el que consiguió el grito que ninguno de sus compañeros había logrado (Martín Benítez y Jesús Méndez se atragantaron el gol antes). Clave en el gol, el Cebolla Rodríguez, quien ingresó y le dio otro ritmo al taque del Rojo.
Habrá varias cositas que mejorar en Independiente. Pero todo, ya sea cansancio como errores, ahora lo suple la felicidad completa de esta semana: se ganó el clásico contra Racing y sigue más vivo que nunca en la Copa.