Fiel a su historia. A su tradición. Al apodo por el que se lo conoce en todo el mundo. Independiente, el Rey de Copas, se metió en la final de la Copa Sudamericana al ganarle 3-1 a Libertad de Paraguay y dar vuelta el 0-1 de la ida.
El primer tiempo fue frenético y de locos. El Rojo arrancó con todo y logró el objetivo rápidamente y en una ráfaga dos minutos: Ezequiel Barco, de penal, y Emmanuel Gigliotti ( a los 17 y 18 minutos) ponían el 2-0 que necesitaba el local para meterse en la final.
Pero el dueño de casa se durmió, y a los 24 Ángel Cardozo Lucena cabeceó por tercera vez en el área para poner el descuento que metía al Gumarelo en la definición de la copa.
Independiente quedó lastimado, pero siguió fiel a su idea de juego, y a los 31 otra vez el Puma conectó con la pierna un centro de Martín Silva para estirar la diferencia y volver a darle al Rojo el pase a la final.
En el complemento, el que tuvo la pelota y la iniciativa fue el equipo paraguayo. Obligado a ir a buscar el resultado, Libertad buscó y buscó, encerrando cada vez más cerca de su arco al Rojo, que aguantó todo los centros que le tiraron y buscando de contragolpe el gol que lo tranquilizara. Pero ni una cosa ni la otra llegó, e Independiente se clasificó a una nueva final internacional.