Huracán empató 0 a 0 ante Independiente Santa Fe, en Parque Patricios, en la primera final de la Copa Sudamericana y ahora deberá jugarse toda su suerte en Bogotá, dentro de siete días.
El primer tiempo fue un suplicio para el equipo de Eduardo Domínguez porque se lo notó nervioso, apurado e impreciso ante un rival que suele sentirse cómodo jugando de visitante y sin otorgar espacios para pensar. El Globo recién tuvo su primer chance de gol con el tiempo cumplido, pero Ábila definió por arriba del travesaño ,tras una serie de rebotes luego de un centro.
Los colombianos, replegados para la contra, contaron con tres claritas: en una el travesaño impidió el gol de Angulo y en las otras dos se lució Marcos Díaz, héroe de mil batallas quemeras.
Habrá habido un fuerte reto en los vestuarios, porque en el arranque del complemento el local mostró otra cara y salió decido a jugar la final. Se plantó 20 metros más adelante y apretó con actitud y fútbol. Fue Wanchope el que volvió a rematar desviado desde muy buena posición cuando iban 8 minutos.
Tras esa ráfaga inicial el nivel de Huracán bajó, pero la postura ahora timorata de los visitantes le permitió seguir llegando con frecuencia, aún en una noche de pocas luces. Ábila estuvo cerca dos veces y un tiro de Bogado se fue besando el palo.
Después, en los últimos 20, todo fue lucha, fricción y algún centro perdido en busca de una cabeza salvadora. De alguna manera u otra ambos aceptaron que el campeón se defina dentro de una semana en los 2600 metros de El Campín de Bogota.