A cada campamento que llega, por cada ciudad por la que pasa, en cada kilómetro que recorre, el Rastrojero de José Antonio Blangino recibe elogios, hurras y fuerzas para seguir en competencia. Hasta los propios Pipo y su navegante Luciano Gagliardi están sorprendidos por la repercusión que tuvo el producto construido en el taller de Montecristo.
La idea de Blangino era armar un Rastrojero para que represente la industria nacional pero, principalmente, a la industria cordobesa. El vehículo comenzó a fabricarse en 1952 por Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME) y se extendió hasta 1979.
Pipo compró un Rastrojero 1966 y, si bien queda poco de aquel utilitario destinado para el trabajo de campo, tras las modificaciones para colocar el V8 de Camaro y todos los elementos de seguridad, el espíritu y el nombre es el que simboliza a la otrora próspera industria provincial y nacional.