Los superhéroes también lloran. Amadeo Carrizo lo hizo un 14 de julio de 1968. Hacía un mes y dos días que había cumplido 42 y 26 años desde que Carlos Peucelle le confirmó que había quedado en River. Lloró, Amadeo. Lo confiaría años más tarde. Aquella tarde, contra Vélez, hasta los hinchas rivales lo ovacionaron. 769 minutos con la valla invicta lo ungieron hombre récord. Pero ya era leyenda. En Núñez y en el fútbol nacional. Porque bautizó el puesto con su nombre. Porque, desde 2011, el día de su cumpleaños se convirtió (a través de una proclamación del Senado de la Nación) como el Día del Arquero en la Argentina.
Amadeo hubiera cumplido 94 años este viernes. Falleció el 20 de marzo de 2020 y su partida significó un luto para todos los que alguna vez patearon una pelota. Y para quienes las atajaron. No sólo marcó una era, Carrizo, sino que dejó un catálogo de huellas indelebles en los libros. "Cuando llegué a River lo primero que me dijeron fue: 'Pibe, mire que acá atajó Amadeo'", le contaba a Olé Ubaldo Matildo Fillol, un prócer del arco riverplatense. Era ejemplo, el primer hombre de guantes: innovó luciéndolos en 1957 luego de haber visto en Italia que Giovanni Viola los utilizaba para ahorrarse los golpes de las viejas pelotas de cuero. El propio arquero turinés le regaló un par que él comenzó a vestir en las canchas argentinas, aunque con cierta vergüenza: temiendo quedar en ridículo por romper un paradigma, la primera vez que los utilizó se los escondió en el short hasta llegar al área grande y recién ahí se los colocó. Instalaría, así, una costumbre.
Pintón ex modelo de Anté Garmaz, quien lo incorporó a su staff para algunos desfiles celebrados en la Argentina (¡hasta llegó a lucir un tapado de piel! Todo un osado), Amadeo terminó siendo espejo también por su estilo. Por sus voladas y atajadas imposibles -casi nunca daba rebote- pero también por su picardía para resolver jugadas: salir del área, gambetear rivales -la finta más recordada, en el superclásico de octubre de 1954 ante José Borrello-, anticiparse con chanzas futboleras para evitar un mano a mano o sacar rápido para colocarle en el pecho una pelota a un compañero que se encontraba a 60 metros de distancia (el uruguayo Walter Gómez, uno de sus destinos predilectos).
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Virtudes técnicas e inteligencia. Amadeo tenía todo. Incluso una calidad humana intachable, lo primero que le destacan quienes lo conocieron en la intimidad, en el día a día. Algunos hasta lo idolatraron todavía más por su marcada hombría de bien. Fue superhéroe del arco, a punto tal que llegó a ser declarado el Mejor Arquero Sudamericano del Siglo XX por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS). Un galardón avalado por la FIFA. "Comprendió como nadie las posibilidades del arquero jugador (...) Con su 1,90 y la gran capacidad técnica -hasta para salir gambeteando- lo hicieron único en su género", reza el texto que institucionalizó su natalicio como el Día del Arquero a nivel nacional (el 14 de junio es el Día Internacional del Arquero por el fallecido colombiano Miguel Calero).
<blockquote class="twitter-tweet"><p lang="es" dir="ltr">?? Un simple "Autorizo a mi hijo..." que cambió la historia de <a href="https://twitter.com/RiverPlate?ref_src=twsrc%5Etfw">@RiverPlate</a> para siempre. <a href="https://twitter.com/hashtag/AmadeoEterno?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw">#AmadeoEterno</a> ?? <a href="https://t.co/uA485sw5yj">pic.twitter.com/uA485sw5yj</a></p>— Museo River (@MuseoRiver) <a href="https://twitter.com/MuseoRiver/status/1271455000552759296?ref_src=twsrc%5Etfw">June 12, 2020</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script>
Según la encuesta que hace unas semanas publicó Olé, los hinchas lo eligieron a su vez como el mejor de la historia de River, club en el que ganó diez títulos durante sus 24 años de carrera en Núñez y que lo homenajeará bautizando como Amadeo Carrizo a la Tribuna Belgrano. Fue y será leyenda. Mito viviente. Prócer del arco.
Fuente: www.ole.com.ar