Los Warriors se impusieron a los Cavaliers por 129-117, cerraron la serie final por 4 a 1 y se consagraron campeones de la NBA.
El título, además de estar marcado desde la estadística por el poderío de ser uno de los campeones más aplastantes de la historia (ganaron 16 partidos y sólo perdieron uno en los playoffs), será recordado como el primero de Kevin Durant, una estrella de todos los tiempos que hasta el momento era un campeón sin corona.
Durant dejó Oklahoma City (una decisión que le valió la pelea con su amigo Russell Westbrook) para tratar de conseguir su primer anillo. Y no se equivocó. Junto con Stephen Curry, Draymond Green y Klay Thompson conformaron un súper equipo que conquistó la temporada desde principio a fin.
Kevin Durant fue la gran figura de la serie final. Sus números en el último partido fueron tan abrumadores como en el resto de la serie: 39 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias. Curry también se destacó con 34 tantos, 10 asistencias y 6 rebotes.
Por el lado de los Cavaliers fue otra vez LeBron James el que se cargó el equipo al hombro. Terminó con 41 tantos, 7 asistencias y 12 rebotes, mientras que Kyrie Irving lo acompañó con 26.