Godoy Cruz y Talleres protagonizaron un partido que estuvo marcado por el insólito retraso debido a la similitud en los colores de las medias de ambos equipos y por la agónica definición sobre el final, con dos goles en los últimos 10 minutos de juego.
Si bien el partido estaba programado para que el pitazo inicial fuera a las 14.05, la pelota comenzó a rodar casi 15 minutos después, debido a la exigencia del árbitro Darío Herrera para que alguno de los dos conjuntos se cambie las medias, que tenían un color similar a las de su rival. Finalmente, los futbolistas de la T accedieron y volvieron a los vestuarios.
Ya en el campo de juego, las emociones llegaron a los 28 minutos del primer tiempo, cuando Juan Garro aprovechó un rebote en la barrera luego de un tiro libre del uruguayo Santiago García para poner al Tomba arriba en el marcador.
Ya sobre el cierre de la primera parte, los locales se quedaron con un jugador menos, debido a la expulsión de Fabían Henríquez: el mediocampista central recibió la segunda tarjeta amarilla cuando restaban tres minutos para el entretiempo.
En la segunda parte, el Tomba se replegó, resistió para asegurarse la victoria y apostó al contragolpe. A los 32 minutos de la segunda parte tuvo su principal oportunidad para sentenciar el partido, en una jugada no exenta de polémicas.
Luego de una recuperación en mitad de cancha el Morro García quedó mano a mano con el arquero Guido Herrera, que lo derribó afuera del área y recibió la tarjeta amarilla, mientras los futbolistas locales reclamaban su expulsión.
En los instantes finales, la T hizo valer los espacios que aparecieron por ostentar el jugador extra y llegaron a la igualdad a los 38 minutos del complemento, a través de Joao Costa.
Sin embargo, aún habría tiempo para más acciones y el Morro sería el protagonista: otra vez aprovechó un recupero en mitad de cancha y ya en tiempo de descuento selló el 2-1 final para que el Tomba se recupere de la derrota en el debut ante Atlético Tucumán y coseche sus primeros tres puntos en la Superliga.