Salió un ratito antes de que terminar el partido. Y saludó a uno por uno de los integrantes de la selección. Manu Ginóbili miraba a las tribunas, contemplaba de afuera los últimos segundos de la caída. Hasta que se terminó y después de saludar a sus jugadores, recibió el afecto de los rivales, de los que estuvieron en la cancha y del cuerpo técnico. Un crack. Después, mientras se iba de la cancha, se aflojó y empezó con las lágrimas de emoción. Y al toque se encargó de oficializar un adiós después de sus cuartos Juegos Olímpicos. Escuchó el "gracias" y respondió con un "de nada, fue un placer. No tienen nada que agradecerme, la pasé muy bien, fueron años espectaculares, experiencias increíbles y lo hice con mucho gusto. Fue un enorme placer".
Estaba golpeado Manu por este adiós, como el de Nocioni. "Fuimos y somos un equipo que le transmitió mucho a la gente por mucho tiempo. Y eso lo valoran, la forma de competir, el compromiso, estamos muy agradecidos por habernos empujado tanto. Acá hubo partidos que se iban, pero tuvimos ese empuje y nos hizo muy bien".
Se llevó una pelota del partido y contó que "uno nunca sabe qué final le hubiese gustado. Hubiese preferido con una medalla. Sabía que las chances eran pocas, pero con el correr de los partidos uno se fue ilusionando. Sacando dos equipos, el resto no estaba tan lejos y hubo un cuádruple empate en el grupo que nos dejó jugando con Estados Unidos. Fue un poco de desilusión. Jugamos un gran campeonato. Me voy un poco triste. Esto fue un suplementario. Me vino de arriba. Pensé que no lo iba a jugar. Es un regalo. Es difícil ponerlo en perspectiva, pero me voy feliz de haber vivido esto (un Juego) cuatro veces".
<b>Más declaraciones de Manu:</b>
"Los de mis compañeros y lo del oficial que me dio la pelota hicieron que fuera más emotivo todo".
"Ya pasé el momento duro del final y no queda más que ponerme contento, no triste. Soy afortunado, a los 39 años contribuí al equipo, jugué aceptablemente bien, estuve sano, fue una linda experiencia. Vivirla a los 39 no es lo mismo que a los 37. Es un lindo regalito que me puse en el camino".
"Fueron 104 partidos, el primero y el último tienen un sabor particular. Hay momentos muy especiales, costó mucho, éste tiene otro sabor. Uno trató de atesorar cada momento, de agarrarlo y tenerlo, pero no se pueda. Pasa igual que el minuto que dormiste la siesta, uno no puede retenerlo. Tengo que estar feliz de haberlo vivido nuevamente".
"Pasé 20 años, toda mi adultez con esta camiseta. La primera vez cuando con Luis (Scola) en la cancha, luego Chapu, pasaron muchas cosas, momentos altos emocionalmente y otros difíciles, son cosas que unen. Soy muy afortunado de haber vivido todo esto".
"En este partido hicimos lo mismo que las dos veces que salió bien. Vas minuto a minuto y nunca podés estar tranquilo, en tres minutos te meten 20 puntos. Sacamos el pie del acelerador y pos pasaron por arriba, era lo esperado. No había que cometer errores, los cometimos y se pagaron".