Había una espina que estaba molestado desde hace tiempo. Más precisamente desde el torneo pasado, ese que peleó hasta el final y que inexplicablemente se le escapó de las manos. Por eso es que necesitaba ganarle a Godoy Cruz, para dejar atrás esa posibilidad que se esfumó y poder así hacer foco en este nuevo campeoanto, donde todavía no había podido sumar de a tres. Entonces, dejando de lado el cómo, el equipo de Troglio tenía que sacarse la espina. Y lo hizo, aunque dejando algunas dudas.
Empujado por la habilidad de Nacho Fernández y la versatilidad de Rojas y Mendoza, Gimnasia empezó a acorralar a Godoy Cruz. Tuvo varias situaciones para desnivelar, pero la mala puntería y el aquero del Tomba se lo impidieron. Montoya le tapó una clarísima al mejor jugador de ese primer tiempo, el propio Nacho Fernández, quien desperdició un mano a mano inmejorable y también el rebote, que terminó afuera. Sin embargo, pocos minutos después, Rojas capitalizó un centro perfecto que lo encontró en soledad adentro del área y, de cabeza, puso en ventaja al Lobo.
Más allá del resultado, Gimnasia marcaba la diferencia en la parte futbolística. El Tomba no conseguía conectarse, perdía en la mitad de la cancha y de la única manera que conseguía hacerle llegar la pelota a los deltanteros era a través de bochazos frontales que, lógicamente, terminaban en los pies de los centrales del Lobo. Poquito para un equipo que el torneo pasado se destacó por priorizar el buen juego...
Pero como de costumbre, Gimnasia decidió meterse atrás y apostar a la contra, cediéndole la pelota y dándole confianza a Godoy Cruz. Entonces creció José Luis Fernández, empezó a mejorar Lértora, se acopló Rodríguez y, de a poco, el equipo de Mayor se metió en el partido. Diga que Monetti tuvo una buena tarde y que Ramírez prefirió pelear en lugar de jugar, porque si no lo que es triunfo hubiera sido empate o, peor, derrota.
Una proyección de Licht, de gran performance, terminó con el gol de Mendoza, el 2-0 de Gimnasia, que le puso paños fríos a una encuentro que estuvo a punto de complicarse. En La Plata, sin embargo, poco importa: Gimnasia tenía que ganar y ganó, aunque por momentos haya sufrido más de la cuenta. Ahora será tiempo de mejorar la imagen y volver a ser el equipo que peleó el campeonato. Y para eso, créame, falta bastante.
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