"(Marcelo) Bielsa, (Daniel) Passarella, (José) Pekerman o (Alejandro) Sabella se fueron posterior a un Mundial, pero yo no llegué a dirigirlo. No hubo ningún motivo futbolístico que me haya llevado a tomar esa decisión. Los entrenadores no nos vamos por perder dos finales, todo lo contrario, sino que buscamos la forma de poder estar en una nueva final, cambiar el resultado del último partido y poder ganarlo", comenzó el relato del Tata.
Y en la misma línea, agregó: "Llegar a las finales no es cuestión de todos los días, hay que hacer muchas cosas buenas. En dos años estos chicos jugaron 19 partidos entre el Mundial y las dos Copas Américas y no perdieron ninguno en los 90 minutos. Y cuando chocás con la situación de no haber logrado ningún campeonato, es difícil poder explicarlo. Lo único que a mí me preocupaba era poder continuar con una forma de conducción que había iniciado Alejandro (Sabella)".
Sin ir más lejos, Martino responsabilizó a los clubes del fútbol argentino de no prestarle jugadores para los Juegos Olímpicos y las convocatorias: "Había una situación que tenía que ver con el compromiso en el fútbol. Yo no puedo pretender que Juventus tenga compromiso para cederme a (Paulo) Dybala, Inter para darme a (Mauro) Icardi o Milan a (Mateo) Musacchio. Lo que sí espero es que River, Boca, San Lorenzo, Independiente o Racing tengan compromiso para darme a los futbolistas".
"Ese tipo de situaciones para armar algo tan importante y exigente como era un Juego Olímpico nada menos que en Brasil te van empujando a tomar una decisión. Cuando una situación empieza a rozar tu dignidad no hay mucho para hacer o por lo cual quedarse. A veces un paso para atrás bien dado o una renuncia en el momento justo probablemente tenga muchas repercusiones positivas a futuro en la carrera de un entrenador", cerró el Tata. ¿Tendrá revancha en un futuro?