Era lo único que le faltaba a Leonardo Griffo para terminar de ganarse el corazón del hincha de Flandria. A esta altura, muchos plantean el calificativo del arquero más importante en la historia del conjunto de Jáuregui. Es que fue parte no sólo del regreso a la B Metro consagrándose campeón en el torneo de Transición de la C, sino que también fue una de las figuras que consiguió el mayor logro en la vida del Canario: el ascenso al Nacional B.
Y en este torneo de la segunda división del fútbol argentino, el capitán venía siendo una de las figuras. Clave en la igualdad en cero del último fin de semana en Gualeguaychú, este miércoles por la tarde Leonardo Griffo le dio el triunfo a su equipo. El primero en su casa en esta elite del Ascenso. De penal, el 1 marcó el único tanto de la tarde para superar 1 a 0 a Almagro.
En segundos, el Canario acorraló a Almagro, como para marcarle la cancha desde el inicio. Así, tuvo dos situaciones muy claras: buen disparo de Ortiz que Limousin envió al córner y en la jugada siguiente Gonzalo Toranzo no le pudo dar de cabeza dentro del área chica.
Hasta que a los 10 minutos encontró la ventaja que le dio tranquilidad en el juego. Porque Pablo Bueno armó una gran jugada individual dentro del área, tiró un sombrero y cuando se acomodaba para sacar el latigazo Matías Di Benedetto metió la mano. Enseguida, salió disparo Leonardo Griffo desde la otra punta, tomó la pelota y rompió el arco con un violento y alto disparo.
Más allá de ese gran cierre de Juan Cruz Randazzo sacándola casi del ángulo tras el error del arquero, todo fue de Flandria. Presionando sobre la salida, plantaba su última línea lo más cerca posible de la mitad de cancha. Así, cada vez que la recuperaba, el arco del Tricolor le quedaba más cerca. Ramiro Fergonzi sacó un zurdazo que se fue al lado del palo. Y tras una gran conexión de derecha a izquierda, Bueno abrió para Ortiz ?de muy buen primer tiempo- que sacó el remate algo incómodo pero obligó a la volada de Limousin que salvó contra el palo. Sobre el final, el 9 la bajó dentro del área, buscó la media vuelta pero la pelota le quedó a Fergonzi, que fue abajo contra el arquero y el árbitro le cobró infracción.
En el complemento, de la mano de Scatolaro, el Tricolor comenzó a emparejar el partido. La movilidad del recién ingresado complicó en el medio al Canario que entró muy estático. Encima, ya no presionaba arriba sino que se replegaba atrás. De todas formas, tenía la contra como principal arma. A los 12, Melivilo le metió un lindo pase de cachetada a Bueno, que buscó potencia pero no dirección en ese remate que controló el arquero.
Aunque Almagro no lograba lastimar, sí inquietaba con las pelotas cruzadas y los centros al corazón del área, acelerando el ritmo de juego. El Canario buscaba algún respiro haciendo todo lento, pero eso le alcanzaba sólo por momentos. Por eso, la dupla mandó a la cancha a Gabriel Díaz por Melivillo para intentar recuperar la mitad de cancha. Aunque la consecuencia directa era perder un hombre importante para la ofensiva.