Luego de que se confirmara la imposibilidad de San Lorenzo de utilizar la popular local por un problema en una de las vigas de su estructura, la dirigencia analizó mudarse de cancha, aunque las complicaciones en las alternativas elegidas terminaron obligando a que el partido se dispute, finalmente, en el Nuevo Gasómetro, que contará con 30.500 lugares habilitados.
Las opciones elegidas por la dirigencia del Ciclón fueron dos: Vélez y River. Con el Fortín parecía estar todo acordado, pero los hinchas velezanos pusieron una traba que terminó siendo impedimento definitivo. Con el recuerdo de Emmanuel Álvarez vigente en sus memorias, se opusieron con banderas y pintadas en el José Amalfitani, hecho que derivó en la decisión de la comisión directiva de negar el alquiler del estadio. Con el Millonario, el impedimento fue tecnológico: los molinetes del Monumental tienen un sistema diferente al del Nuevo Gasómetro y son incompatibles para los carnets de los socios de San Lorenzo.