La noticia, no por ser esperable, deja de caer como un balde de agua fría. Para Facundo Campazzo, en particular, y el deporte argentino, en general. La nueva aventura del cordobés en la NBA ha terminado, al menos por ahora. Otro golpe para el capitán de nuestro seleccionado, que la peleó hasta ganarse a último momento un lugar en Dallas Mavericks y, tras apenas 10 partidos, con muy pocas chances, verá como su contrato es rescindido en las próximas horas.
Desde Estados Unidos, primero surgió la información de que Dallas Mavericks estaba muy cerca de fichar a Kemba Walker, un base que supo de ser de elite pero hace años que lucha con problemas físicos y cortes de los equipos que refuerza. En ese momento, sabiendo que el equipo debía hacer un lugar en el plantel, te comenzó a temer lo peor. El apuntado, especialmente por no tener contrato garantizado, pasó a ser Campazzo. Había otras opciones, como la de Theo Pinson o Frank Ntikilina, pero el tema salarial fue la gran diferencia, además de las características del cordobés, que no encajaron en el equipo y, viendo las últimas temporadas, tampoco en el nuevo juego de la NBA.
Facu firmó un día antes de comenzar la temporada. Tan inusualmente cerca de la temporada que no pudo debutar hasta el tercer juego, por no tener la visa de trabajo. En el primer partido, ante los Pelicans y por ausencia de Tim Hardaway Junior, escolta de muchos minutos en el equipo, jugó bastante (13m) y tuvo sus momentos valiosos. Luego apenas tres ante los Nets y tras el regreso de Hardaway, no jugó en ocho de los siguientes nueve partidos. En realidad, en el que entró, fueron apenas 10 segundos. Nada. Empezaba a quedar claro que Jason Kidd no lo tenía en los planes. Y que no le gustaba su juego, pese a que lo elogió mucho cuando lo fichó, diciendo que Dallas necesitaba un jugar como él, que iban a apostar a su esencia.
Lo mismo que dijo Mike Malone en Denver. Cada vez queda más claro que los entrenadores declaran para la tribuna, para quedar bien. O que, al menos, no dicen todo lo que piensan. Porque Campazzo nunca jugó de Campazzo. Ni en Denver ni ahora en Dallas. Está claro que el juego actual de la NBA no está hecho para un armador puro como él, que necesitaba la pelota para manejar los ritmos y hacer jugar a sus compañeros. Y menos cuando el equipo que refuerza es tan dependiente de un jugador, que tiene casi todo el tiempo la pelota en la mano y toma el 80% de las decisiones. Como los Nuggets eran Deportivo Jokic, los Mavs son Deportivo Doncic.
Facu necesita la pelota pero no se le dieron en Denver ni en Dallas. Las pocas veces que lo pusieron, lo ubicaron a un costado para que sea tirador. Y, lo sabemos, FC no lo es. Tampoco es un guardia versátil y anotador, lo que hoy está de moda. En esta temporada tuvo un 23% de campo y 27% en triples, anotando apenas 10 puntos en los escasos 52 minutos que le dieron. En sus 138 juegos en la NBA, su media es 5.3 tantos, con 37% de campo y 32.6% en triples. Demasiado poco. Lo suyo es aportar en otras facetas, pero eso no es lo que le piden hoy en día.
Además, estar tan en el borde, con tan pocos minutos y con un contrato parcialmente garantizado, te dejan muy expuesto. Más si tu equipo no funciona (Dallas perdió cinco de los últimos seis) y el DT está urgido de cambios. Kidd eligió ir por Walker, una figura NBA durante 10 temporadas (promedia 19.5 puntos y 5.3 pases gol en su carrera), pero que hace tres años que viene sufriendo lesiones que no le han permitido volver a ser el que fue. En las últimas tres temporadas jugó sólo 56, 43 y 37 partidos, respectivamente, y ahora, a los 31 años, la campaña había comenzado sin él. Estaba en el mercado y los Mavs lo pescaron, para tener otro manejador de pelota y, sobre todo, alguien que provea puntos y decisiones cuando no esté Luka en cancha.
Campazzo no pudo convencer a Kidd. Los entrenamientos, lo sabemos, tienen muy poca importancia en la NBA, porque son muy light básicamente porque se juega muy seguido. Entonces, la confianza debés ganártela en los pocos minutos que te dan. Facu, por caso, lo hizo muy bien en el primer tiempo ante Houston, cuando Doncic descansó, el 16 de noviembre. Con su agresividad en ambos costados, cambió el partido y Dallas lo dio vuelta. Pero en la segunda mitad, falló algunos tiros, perdió confianza, salió y los Rockets se llevaron el juego. Luego entró en otros cuatro partidos, pero siempre en los "minutos basura", de relleno, con los partidos definidos.
Además de su falta de ofensiva, en términos de puntos y porcentajes, su eficiencia defensiva tampoco fue buena, algo que es su fuerte. Y los Mavs, necesitados en ese apartado, tomaron nota. Su baja estatura y la excelsa calidad ofensiva que abunda en la NBA no le permitieron dejar su huella en ese costado. La otra parte lo hizo el contrato que firmó. Como llegó a último momento, los agentes no pudieron lograr más que un acuerdo parcialmente garantizado, el único de los 15 jugadores del plantel. Esto le daba a Dallas un poco de flexibilidad si tenía que hacer cambios. Hasta Kidd lo reconoció. Así era sencillo que pagara Campazzo ante cualquier cambio.
Hace pocas horas el entorno del jugador conoció la noticia y se puso a trabajar en su futuro. Hoy parece difícil que aparezca otro hueco en la NBA, aunque siempre surgen. Más que nada porque, últimamente, lo de Campazzo no da para confiar. Tiene que aparecen un entrenador demasiado convencido en darle minutos y confianza en su esencia. No surge como factible. Sí el regreso a Europa, que Campazzo quiso postergar a toda costa porque, ya sabemos, Facu ya hizo allá todo lo que tenía que hacer: ganar cada torneo y ser el MVP de finales, nada menos que en el equipo más grande, el Real Madrid.
Justamente el Madrid aparece como el matrimonio perfecto. Primero porque Facu ya conoce todo ahí y segundo porque el Real no comenzó bien, tiene a su DT tecleando (Chus Mateo) y los bases que están han hecho agua, incluido Sergio Llull, a quien hasta los hinchas lo han criticado pese a ser ídolo de la Casa Blanca. Seguramente Facu atraerá intereses de otros clubes top de Europa, como podría ser Fenerbahce, que lo quiso antes de fichar con Dallas y ahora encima sufrió la lesión del guardia Scottie Wilbekin. El equipo turco es el líder de la Euroliga (marca de 9-1), la competición más importante, lo que podría seducir a Facu para pegar la vuelta al Viejo Continente. Por ahora el argentino no está ansioso por hacerlo, ni siquiera después de esta noticia, pero podría ser una opción interesante si no aparece nada más de la NBA durante estos próximos días.
Milano, con Ettore Messina como coach, aquel que ayudó a formar a Ginóbili y tuvo su paso NBA, podría ser otra opción, según reportan. Hoy está segundo en la Lega con marca de 7-1, pero último en la Euroliga con 3-7. El Real, que además tiene a su amigo Gabriel Deck, está tercero con 7-3. Campazzo todavía debe parte de la cláusula de rescisión para irse a la NBA, pero la clave pasa por que ambas partes, sobre todo del Madrid, dejen de lado algunos roces que sucedieron en los últimos tiempos por negociación que no llegaron a buen puerto
Veremos qué sucede. Por lo pronto, la NBA le cerró otra puerta en la cara a Campazzo. Veremos si quiere seguir golpeando o si se da vuelta, con valija en mano, y busca volver adonde fue feliz, ya con 31 años. Talento y personalidad le sobran. Antes y ahora.