Un grupo de espectadores que el jueves sufrió la decisión de los organizadores del Gran Premio de Las Vegas de retirarlos de las tribunas y del circuito, cuando aún no se había disputado la segunda tanda de entrenamientos, decidió presentar una demanda colectiva contra la Fórmula 1.
Dimopoulos Law Firm de Las Vegas y la firma JK Legal & Consulting denunciaron a Liberty Media, dueña de la máxima categoría automovilística, en una corte en Nevada. La demanda exige 30.000 dólares en daños, según informó la agencia de noticias AP.
El conflicto se generó el jueves en la noche de Las Vegas, en la primera tanda de entrenamientos, cuando Carlos Sainz sufrió un importante accidente al pasar por encima de una tapa de alcantarilla mal sellada.
Además de los daños que generó en su Ferrari, el inusual incidente también obligó a los comisarios a inspeccionar la pista. De esta manera, el cronograma sufrió un retraso de dos horas y media, por lo que la segunda sesión de prácticas se inició recién a las 2.30 hora local.
Pero antes de la inspección y de que se reanudara la actividad, la organización decidió retirar a todos los espectadores del circuito y el público no volvió a ingresar. Así aquellos que tenían entradas para esa primera jornada, sólo vieron nueve minutos de acción. Y si bien la organización intentó compensarlos con un descuento de 200 dólares en la tienda oficial, dicha promoción era sólo para quienes tenían ingresos para el jueves. Aquellos que contaban con pases para los tres días, no recibieron resarcimiento.
El presidente de la F1, Stéfano Domenicali, y Renne Wilm, directora ejecutiva del Gran Premio de Las Vegas, publicaron un comunicado el viernes asegurando que cerraron la pista a los espectadores por "razones legales y de seguridad".
"Todos hemos ido a eventos, como conciertos, juegos e incluso carreras de la Fórmula 1 que se han cancelado debido a factores como clima o problemas técnicos", aseguraron en un comunicado.