El hecho ocurrió en la madrugada en Villa Sapito, en la intersección de la calles Cabral y Basavilbaso, cuando dos grupos enfrentados por el poder en la tribuna Granate mantuvieron un cruce de balas por una vieja interna.
Según explicó C5N el altercado se produjo cuando el padre de uno de los líderes de la facción disidente (llamado Matías Soto) de la barrabrava de Lanús fue emboscado por tres autos cuando circulaba con un amigo en su propio vehículo.
Allí comenzó un tiroteo y una de las balas disparadas por Soto le causó la muerte a José Gallego Fernández. El agresor denunció que actúo en legitima defensa ya que fueron recibidos a los tiros cuando llegaron a la esquina de Cabral y Basavilbaso.
Ahora bien, el Gallego había salido de su casa, ubicada a unas dos cuadras del lugar, para ir al kiosco a comprar bebidas. Ahí surgen dos nuevas versiones, según fuentes consultadas por Olé:
1) que en el camino encontró a El Polaquito y a su papá robando un negocio y, como los conocía del barrio, se metió para evitarlo y recibió un disparo
2) que mientras caminaba hacia el kiosco, un grupo de barras de Lanús interceptó el auto donde se encontraban El Polaquito y su papá y se desató un tiroteo en donde el Gallego quedó en el medio y recibió un balazo.
Los que conocían al Gallego Popey aseguran que no manejaba armas, que pertenecía a la vieja guardia de barras con códigos (recuerdan que lo ayudó a Cacho Ciudadela, jefe de la barra de Racing, cuando anduvo mal de salud) y que ya no participaba en las internas de los violentos. De hecho, observaba los partidos en un palco del Libertadores de América.
El papá de El Polaquito, luego del hecho, llamó al 911 y se entregó a la Policía, que lo detuvo junto a su hijo. El Polaquito tenía en su poder un arma de fuego de manera ilegal. Ahora, ambos quedarán encarcelados hasta que lo decida la fiscal de Lomas de Zamora, la doctora Andres Nicoletti.